jueves, 9 de julio de 2015

Un salvame cofrade???? Juzguen ustedes

Cinco de la tarde. En una cadena de televisión nacional comienza ese programa con altos índices de audiencia caracterizado por los chismorreos, los gritos y por tener una serie de personajes a cuál más frikiopinando sobre la vida personal de famosetes, unos de primer nivel y otros de tres al cuarto. Abren el debate:¿Quién debe ser el hermano mayor de una cofradía?

Comienzan a opinar sin fundamento alguno de lo que es la Semana Santa y la función de las hermandades, y sobre cuál debe ser el perfil para ser el responsable de una «junta directiva». Hablan de las vidas personales de los candidatos y comienzan a sacar trapos sucios.

Pasa un tiempo y ese tipo de «periodismo» detestable se extiende. Los programas de radio y televisión locales dedicados a la Semana Santa, comienzan a ofrecer los chascarrillos sobre las vidas personales de mayordomos, diputados mayores de gobierno, secretarios o consiliarios. Se abre el debate: «Pues mis fuentes me confirman que el prioste de la hermandad de (ponga aquí el nombre que quiera) está liado con Fulanito Mengano, el que fuera mayordomo de la hermandad de (ponga aquí el nombre que quiera), que se llevó el dinero y tuvo que dimitir para que la junta de gobierno no lo denunciara».

Lo cuenta el último fichaje estrella de ese programa de televisión local, que está de tertuliano. Se trata del que fuera pareja de un conocido cantante que ha protagonizado escenas bochornosas y que es muy conocido en el mundo cofrade, del que participa activamente. Todo el mundo habla del«Sálvame cofrade», como se le conoce ahora al programa líder de la televisión local, y toda Sevilla habla en los bares de la nueva relación del hermano mayor de (ponga aquí el nombre que quiera).

Surgen programas de radio dedicados a este nuevo género «periodístico» tan rentable. En los periódicos se dedica una sección e incluso se crean páginas web temáticas de la «prensa rosa» cofrade.

Ahora, vuelvan a la realidad. Piensen, analicen, y comparen el tipo de periodismo que se ofrece a los lectores, oyentes y telespectadores sobre las cofradías. Díganme si es muy diferente —con las lógicas características propias— al que se hace sobre deportes, cultura, política o sucesos. Allá donde haya interés público debe estar el periodismo. Ya lo decía Kapuściński: «El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse». En la Semana Santa, como en todo, hay que prender esa luz y para ello existen magníficos profesionales preparados para encender linternas y orientar a la opinión pública.

Es cierto que hay información cofradiera los 365 días al año, pero es que realmente hay demanda al igual que existe en la información deportiva. Y esto no hay que verlo como algo negativo, siempre que el periodismo se ejerza de forma profesional. Y puede haber opinión, faltaría más, como lo hay en cualquier otra temática. Pero que quede claro: lo que no hacemos ni haremos jamás será crear ese nuevo género del «Sálvame cofrade».

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