jueves, 2 de julio de 2015

Madrugada: cambio radical o seis soluciones muy imaginativas

Lo que sigue es algo más que un ejercicio de imaginación. Es platear, con libertad y sin ningún tipo de condicionantes qué se puede hacer para arreglar los dos grandes males que ya han desfigurado el corazón en la Semana Santa, su origen, como es la Madrugada del Viernes Santo. El problema no es algo que afecte solo a las seis hermandades que salen. Toda la Semana Santa está paralizada por el mayor inmovilismo de su historia reciente y se encuentra en la peor situación de su historia reciente.Antes no era así. Las hermandades han cambiado itinerarios, días de salida, posiciones en la nómina. Pero en estos tiempos, cuando se supone que el hombre está más receptivo a adaptar la realidad a las necesidades, la Semana Santa se ha metido en un caparazón del que no sale.

Lo ocurrido este año con la Madrugada es solo un ejemplo. El Martes Santo, lleva siete años queriendo remodelarse y no puede por bien la falta deliderazgo de sus hermanos mayores o por la falta de determinación del Consejo. A la Madrugada le afectan dos males: la situación en las calles y la imposibilidad de los horarios actuales. Este año, la hermandad de Los Gitanosha tenido que esperar 40 minutos para pasar por los retrasos que se llegaron a acumular, y la Macarena de nuevo hizo un esfuerzo titánico para meter más de 3.000 nazarenos en el mismo tiempo que hace años metía 1.500. Por tanto definidos los males, vamos a buscar seis soluciones, por muy radicales y dislocadas que parezcan.

1. De la Madrugada al alba

Las primeras cofradías no salían de madrugada sino al alba del Viernes Santo en recuerdo del momento exacto en el que comenzaba la Pasión. Y a pesar de que los orígenes de la Semana Santa de Sevilla son inciertos, sí parece claro que este fue el momento inicial en el que comenzaron a salir a la calle los cortejos penitenciales. Antes de que las horas fueran adelantadas o atrasadas en función de los intereses del hombre, las horas del alba eran distintas. Por tomar la fecha del 7 de abril, el día más probable de la muerte de Jesús, la salida del sol en Sevilla se producía a las 06:04, y la claridad 40 minutos antes. Es decir que las cinco de la mañana más o menos podía considerarse como la hora del alba. Una Madrugada al alba alteraría de manera radical el paisaje humano de la Semana Santa de Sevilla. Ya no sería, como dice un atinado cronista, una Nochevieja con pasos o un gran botellón con nazarenos. Estas horas ahuyentarían a quienes salen a buscar solo diversión o fiesta y acercaría a quienes quieren ver las cofradías. La Madrugada se alejaría del Jueves Santo y se acercaría al Viernes Santo. Pero es que el Viernes fue el día de la muerte del Señor y no parece que aquí, las cofradías que salen por la tarde pudieran esgrimir exclusivas algunas. Sin embargo para no entrar demasiado en el territorio del actual Viernes Santo se ha alterado el recorrido de la Esperanza de Triana colocando la visita a Santa Ana en el inicio y no al final de la estación de penitencia. Una madrugada al alba quedaría más o menos así:

2. La Madrugada al revés.

Es una idea que nace en los años 90, que se vuelve a poner encima de la mesa a principios de siglo y que cuando la jornada empezó a dar signos de agotamiento regresa al debate. En 2014, al barajarse las distintas alternativas para la jornada se llegó a hacer este estudio. Comenzando la carrera oficial en la Puerta de los Palos de la Catedral y terminando en la Campana, tal y como se hacía el Sábado Santo hasta 1973, desaparecerían los cruces entre las cofradías. Así quedarían los horarios:

Los itinerarios también serían diferentes y el en las cofradías de capa algo más acelerado:

El Silencio llegaría a la Catedral por Alfonso XII, Campana, O’donell, Velázquez, Tetuán, Plaza Nueva, Plaza de San Francisco, Hernando Colón, Alemanes y Placentines y al salir de la Campana cogería directamente por Alfonso XII y El Silencio.

El Gran Poder, tras salir de la Plaza, por Conde de Barajas y Jesús del Gran Poder llegaría al Duque, Campana, O’donell, Velázquez, Rioja, Cuna, Salvador, Villegas, Francos, Argote de Molina, Alemanes, Placentines y Catedral. Tras salir de esta carrera oficial al revés, llegaría a su templo por el Duque, Jesús del Gran Poder, Las Cortes, Gavidia, Plaza del Dos de Mayo y Cardenal Spínola.

La Macarena tendría dos opciones. Salir para Bécquer, Resolana y Feria (si coincidiera con Montesión tendría que tirar por San Luís, Bustos Tavera y Doña María Coronel) San Juan de la Palma, Gerona, Doña María Coronel, Cristo de Burgos, Sales y Ferré, Alfalfa, Cuesta del Rosario, Francos, Argote de Molina, Alemanes Placentines y Catedral. La vuelta la realizaría por Duque, Tarifa, Lasso de la Vega, Orfila, Villasís, Laraña, Encarnación, Alcázares, Sor Ángela, San Juan de la Palma, Feria, Relator, Parras, Resolana y Basílica. El ritmo, como decimos, tendría que ser distinto.

El Calvario saldría para la Puerta de Triana y por Zaragoza, Doña Guiomar, Castelar y Arfe, llegaría al Postigo y accedería a la Catedral por Almirantazgo Fray Ceferino y Plaza del Triunfo. A la vuelta se recogería rápido, por O’donell, Magdalena, Murillo y San Pablo.

La Esperanza de Triana haría justo el mismo recorrido pero al revés. Solo que a la vuelta y al llegar al Altozano iniciaría su paseo por Triana.

Los Gitanos asimismo harían el recorrido de ida habitual aunque al llegar a la Plaza del Cristo de Burgos tirarían para la Alfalfa, Cuesta del Rosario, Francos, Alemanes y Placentines. Al regreso de la Campana al Duque, después Tarifa, Lasso de la Vega, Orfila, Laraña, Encarnación, Imagen, Cristo de Burgos, Almirante Apodaca, Puñonrostro, Ponce de León, Escuelas Pías, Puerta Osario, Gallos, Butrón y Verónica.

Con estos recorridos no hay ningún cruce.

3. Alterar cuatro puestos

Que el Silencio sea la hermandad más antigua solo lo decía la inscripción de una reja de la capilla de los Cervantes en la parroquia de Ominum Sactorum. Es más, diferentes historiadores indican que esa hermandad de 1.340 pudo ser una distinta. Y más, hay quien fija la introducción de la devoción a Jesús Nazareno en el siglo XVI y su primera iconografía en Sevilla la del cuadro de Luis de Vargas del Cristo de los Ajusticiados (gradas de la Catedral) de 1563. ¿Podría comenzar una madrugada de la Semana Santa sin que la abriera el Silencio? Las jornadas de la Semana Santa se han ido alterando en su orden a lo largo de la historia sin tener en cuenta siempre la antigüedad como valor absoluto. Es más, si el año que viene se remodela el Martes Santo, el orden histórico desaparecería como ya ocurre en otros días. El cofrade granadino Jacinto Morente planificó una Madrugada con dos intercambios de puestos al principio y al final. El resultado también es una Madrugada sin cruces:

En este caso también, la Esperanza de Triana podría iniciar su recorrido antes haciendo la estación a la parroquia de Santa Ana en la Madrugada y no a mediodía, algo que aligeraría el regreso.

4. «Plan C»: Gran Poder por la Alfalfa; Gitanos por San Martín

Cuando se negociaba esa nueva Madrugada que nunca se llevó a cabo en 2015, el Gran Poder llegó a estudiar un regreso por la Alfalfa. Pero se topaba con el palio de los Gitanos. Sería como salir de Guatemala (cruce con la Esperanza de Triana) para meterse en «Guatepeor». Sin embargo si Los Gitanos tomaran el camino de San Martín, aparte de agradecérselo las Hermanas de la Cruz, podrían desatascar los dos grandes nudosgordianos de la jornada: el cruce Gran Poder-Triana de la calle Zaragoza y elGitanos-Macarena de Cuna-Orfila.

5. Pasar el Calvario al Viernes

Dejar la Madrugada con cinco cofradías en lugar de seis aliviaría otro de los problemas: su extensión horaria que hace que Los Gitanos pase por la carrera oficial sin gente. ¿Y si pasamos una de las cofradías de la Madrugada al Viernes y aliviamos algo? El Viernes Santo es una jornada a la que le puede entrar una cofradía de corte medio y acorde con el tempo y la estética de la jornada. Una cofradía de “prime time”. Y de las de la Madrugada, esta no sería otra que el Calvario que presumiblemente ganaría muchísimo en público si se colocara en la zona noble de la tarde del viernes. Cambios de día los hubo siempre. La Carretería y La Exaltación eran hermandades de la Madrugada. La Estrella de Miércoles Santo, la Trinidad de Jueves, y el Museo de Viernes. Rasgarse las vestiduras sería síntoma de un profundo desconocimiento de la historia.

Las puertas de la Magdalena abriéndose para que salga el Calvario / JUAN FLORES

6.-Máximo: 1.500 nazarenos. Máximo: 80 músicos

Las sillitas las han llegado a defender analistas tan conocedores y experimentados de la Semana Santa como Federico Buero Pichardo o Joaquín Delgado Roig. «¿Cómo la gente no se va a querer sentar si ver algunas cofradías es la cosa más cansada y aburrida del mundo?». No les falta razón. Presenciar un cortejo de 2.000 nazarenos es ya insoportable. Y si a eso se le une la exasperante lentitud de algunas cofradías ávidas de lucimiento más que de testimoniar, pues peor. Dicen que limitar el número de nazarenos va contra la esencia de las hermandades y de las reglas que marcan como obligación hacer la estación de penitencia. También obligan a ir a los cultos, a ser cristianos ejemplares y a ser sujetos activos o pasivos en el gobierno de las hermandades y la mayoría no cumple estos preceptos sin que pase nada. Una regulación del numerus claususinteligente y generosa permitiría establecer topes no solo de nazarenos sino también de músicos y del resto de los integrantes que aliviara la extensión de cada uno de los cortejos y por tanto su tiempo de paso.

Ahí están seis soluciones. Que nadie diga que no existen alternativas. Radicales, pero alternativas al fin y al cabo para preservar el tesoro de la Madrugada.

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