El Consejo de Cofradías ha puesto de límite una semana para poner fin al asunto de laMadrugada, que provoca hastío en todos los intervinientes. Así, se sucederán tres etapas durante estos próximos días. La primera, y parece que más improbable, será convencer al Calvario para que, una vez comprobado que su paso de palio no cabe por la calle San Roque, acepte una alternativa a ese recorrido que podría ser la calle Canalejas, Gravina y Pedro del Toro.
El hermano mayor, Alejandro Alvarado, indicó a ABC de Sevilla que no aceptará alternativa alguna al itinerario acordado en la reunión del pasado mes de diciembre. No obstante, en el Consejo y en el Arzobispado van a intentar salvar ese acuerdo convenciendo al Calvario para que dé el rodeo por Gravina e, incluso, algún miembro del Consejo tantean la posibilidad de que la cofradía de la Magdalena alcance Monsalves por el pasaje de San Eloy hasta Sauceda, algo que parece a todas luces improbable. Según aseguró Alvarado, «no va a ser siempre el Calvario quien aporte la solución a la jornada».
El plan de la Macarena
De esta forma, la etapa segunda será negociar el plan que el lunes presentará oficialmente la Macarena para su estudio y discusión. Este proyecto contempla lapermuta de la cofradía de San Gil con el Gran Poder, que de momento se opone de facto al considerar que es inviable.
Si la Macarena pasara antes que el Gran Poder, se solucionaría el cruce con la Esperanza de Triana en San Pablo, ya que habría un margen de media hora. Sin embargo, el Gran Poder considera que la permuta le ocasionaría un mayor perjuicio a esta corporación que lleva desde 1966 asumiendo un rodeo antinatural por el Arenal y el Museo, ya que saldría hora y media más tarde. La Macarena argumenta que el Gran Poder, al no tener el parón, puede discurrir a su ritmo habitual de regreso, e incluso el palio podría entrar a las 8:35 horas, media hora más tarde del horario actual, recortando su estancia en la calle en torno a una hora.
Esto, para el Gran Poder, sería imposible de cumplir ya que sólo se recortaría media hora a costa de salir y entrar mucho más tarde. Además, el hermano mayor, Félix Ríos, expuso que este nuevo orden generaría un nuevo punto negro, que sería el cruce de su cofradía con el Silencio en Aponte con Jesús del Gran Poder, ya que el ritmo de ésta sería más lento que el habitual al tener delante a la Macarena y bloquearía al resto.
Por su parte, la Macarena, para solventar el cruce con los Gitanos en Cuna, discurriría por Córdoba, Lineros, Puente y Pellón, lado derecho de la Encarnación, Imagen y Santa Ángela de la Cruz, desde la estrechez. Esto, como han planteado en las reuniones, es realmente efectivo con la Macarena siendo la tercera, pero siendo segunda hay quien considera que generaría un embolsamiento en las Setas por ambos lados, zona definida por el Consejo como especialmente conflictiva.
El plan que casi nadie quiere
De no alcanzarse acuerdo tampoco con el plan presentado por la Macarena, el Consejo considera que ya no hay tiempo para plantear más alternativas, por lo que decretaría el plan que puso sobre la mesa el pasado mes de octubre y que no convence a casi nadie.
Incluso, la que a priori se consideraba como mayor beneficiada con este proyecto, el Calvario, tampoco lo tiene tan claro. Según su hermano mayor, «lo acataríamos pero no es tan beneficioso porque nos rompería la preparación de la estación de penitencia». Esto es porque, al pasar el Calvario a ser la segunda, la llegada de sus nazarenos coincidiría con la entrada de la Quinta Angustia y, para aligerar el proceso de la formación de la cofradía, perdería «identidades propias» como el nombramiento uno a uno de las listas y otros rituales.
Por otro lado, Alvarado apunta que su cofradía perdería cinco minutos, claves para hacer la visita al Santísimo en la Catedral con el decoro habitual, por lo que pediría un minuto a cada hermandad de la jornada «y no responderíamos ante un posible retraso». De esta forma, Alvarado considera más factible el plan de la Macarena que el del Consejo.
Sea la opción que sea, no se ha cumplido lo prometido por todos los intervinientes de zanjar este asunto antes de final de año y, aunque se apunta a que la resolución tiene plazo límite —una semana—, ya nadie se lo cree y todos empiezan a lamentar que no quede resuelto antes de la Cuaresma.
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