Sobre Francisco José Carretero Díez, sevillano de 45 años, se obró el milagro, que además contribuyó para poder canonizar el próximo mes de octubre de 2015 en Roma a la Beata Madre María de la Purísima. Tras este “armao” de la Centuria Macarena, conocido popularmente como “Carre”, hay una historia preciosa y con final feliz, que a algunas personas emociona por su rareza y a otros simplemente les llega a lo más profundo del alma, que es donde se alojan cosas que no tiene una explicación medianamente lógica.
“Carre” despertó, hace ya más de dos años, de unaparada cardiorrespiratoria después de doce días ingresado en coma en el Hospital “Virgen del Rocío” de la ciudad. Los médicos no daban crédito a lo que ocurrió esa jornada, donde volvió en sí este cofrade, cuando ellos mismos estuvieron a punto de cortar los medios mecánicos que le mantenían con un hilo de vida, sabedores del estado casi vegetativo del paciente y las dificultades que atesoraba tras casi dos semanas de calvario para su familia y amigos. Su entorno se movilizó durante este tiempo por las redes sociales y rezaron para que intercediera de forma milagrosa la que fuera madre general de la Compañía de las Hermanas de la Cruz y de esta forma devolverle a la “vida” a esta persona, que yacía postrada en la habitación de un centro médica hispalense.
Dos años más tarde, él se encuentra bien de salud y solo con un ligero problema en el habla y de movilidad. Tras ser anunciada recientemente la canonización de la Beata Madre María de la Purísima,que fue beatificada en presencia de la Esperanza Macarena, la dolorosa a la que Carre lleva en su corazón, estuvimos con este cofrade macareno, que se muestra todavía emocionado cuando se le pregunta por su experiencia.
- ¿Cómo llega usted al hospital? ¿Qué le ocurrió ese día?
Estaba ayudando en el bar de un amigo mío en el barrio de Los Bermejales cuando me sentí indispuesto. Me senté en una silla de la cocina de este negocio y ya no recuerdo más. Sé por mis amigos allí presentes, que me hicieron un masaje cardiaco dos personas que allí se encontraban en el bar hasta que llegó la ambulancia que me trasladó rápidamente al Hospital “Virgen del Rocío”.
- ¿Cuáles fueron sus primeras palabras tras casi dos semanas en coma? ¿A quien vio por primera vez?
Cuando desperté vi un equipo médico en la habitación donde estaba postrado. Al momento llegó Ignacio Guillermo, actual capitán de la Centuria Macarena (entonces era capitán Fernando Vaz, aunque Ignacio Guillermo ya lo fue con anterioridad) y me preguntó: Carre ¿Yo quien soy? Le dije “Mi capitán” a pesar de tener la traqueotomía.
- ¿Qué significa para usted Madre María de la Purísima y la Esperanza?
Para mi es todo. Una prima de mi madre estaba interna en el convento cuando se coronó la Virgen de la Esperanza en el año 1964 y siempre en mi familia se le ha tenido mucha devoción a Sor Ángela de la Cruz, yo siempre la llamo así a pesar de ser Santa.
- ¿Conoció usted a la Beata Madre María de la Purísima?
Tuve que conocerla, aunque no me acuerdo personalmente de ella. He tenido siempre una relación muy estrecha con el convento desde pequeño, al igual que mi familia. Yo trabajaba en un bar situado entre las calles Alcázares y Sor Ángela y todos los días pasaba por el convento varias veces y me santiguaba por la ventana, donde está Sor Ángela.
- ¿Es consciente que un milagro le salvó la vida?
Totalmente consciente de ello. Yo estoy aquí gracias a la Virgen de la Esperanza y la novena que hicieron a la Beata Madre María de la Purísima cuando yo estuve en coma en el hospital. También es cierto que las redes sociales se movilizaron para que tanto la Virgen de la Esperanza, como la Beata intercedieran por mi, algo que finalmente ocurrió. Lo tengo clarísimo.
- ¿Irá usted a Roma a la canonización de la Beata Madre María de la Purísima?
Yo estoy a la entera disposición a lo que me digan la Hermanas de la Cruz y mi hermandad de la Macarena. Para mi sería todo un honor estar en Roma en este día de júbilo para la iglesia en general y para Sevilla en particular.
- ¿Qué siente usted por las Hermanas de la Cruz?
Veneración y máximo respeto. Son parte de mi vida. Las he sentido desde pequeño. Darles siempre las gracias y ellas saben por qué motivo.
- ¿La Esperanza es lo último que se debe perder?
Totalmente. Así lo creo yo y más con el caso que me ha ocurrido en particular. Nadie daba nada por mi vida, excepto mi madre y mi novia, y aquí estoy gracias a Dios.
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