domingo, 10 de agosto de 2014

Los nuevos estatutos otorgan el poder de decisión al pleno de la Junta cofrade


El Norte de Castilla


Un momento de la procesión del Cristo del Amor y de la Paz del pasado Jueves Santo. / ALMEIDA

La normativa ya está en manos de las hermandades que tienen hasta el 15 de septiembre para estudiarla y presentar alegaciones, de cara a la reunión que tendrá lugar el 22 de ese mes

Comenzó la cuenta atrás definitiva para la reestructuración de la Junta de Hermandades, Congregaciones y Cofradías de Salamanca. Con los estatutos, que otorgan más poder a la entidad frente a las decisiones individuales de las hermandades, ya redactados empieza ahora el proceso de estudio por parte de cada una de las 16 cofradías penitenciales de la ciudad. Hasta el 15 de septiembre los órganos directivos de estas asociaciones públicas de fieles tendrán de plazo para repasar los estatutos y presentar las alegaciones que consideren pertinentes. Así lo confirmó ayer el presidente de la institución, José Adrián Cornejo, que se mantiene en este cargo por orden del obispo de la diócesis, Carlos López, hasta que los nuevos estatutos estén definidos y aprobados. «Hasta el 15 llegarán las alegaciones, y el 22 celebraremos un pleno en el que se debatirán esas enmiendas y veremos cuáles se incluyen y cuáles no».

La idea esencial que ha marcado el diseño de los nuevos estatutos ha sido la de «ordenar» en general la organización de la Junta de Cofradías. Se otorga al pleno, formado por representantes de las 16 hermandades, el poder de decisión sobre cualquier nuevo acto que se quiera organizar en la calle, ya sean procesiones o actividades. Además de esta aprobación, el acto público necesitará un informe positivo del delegado episcopal, una figura que servirá de enlace entre el ámbito cofrade y el Obispado. Aunque ya existe como tal, la comisión redactora de los estatutos ha incluido a este cargo con la esperanza de darle mayor relevancia que la que tiene ahora mismo y liberar al vicario general de la Diócesis, Florentino Gutiérrez, de la labor que ha venido realizando de intermediario entre el obispo y la Junta.

Las cofradías quieren que el delegado episcopal sea su enlace con el Obispado

Este enlace del delegado episcopal debería completarse con una mayor presencia de las hermandades de penitencia en la Coordinadora Diocesana de Cofradías. La idea básica es mejorar la relación entre Obispado y Junta, creando conexiones que fluyan con más facilidad.

Por otro lado, el presidente de la institución no adquiere poder con esta reforma, ya que todas las decisiones de calado deberán pasar por el pleno, como decíamos. Allí se decidirá en principio por mayoría absoluta, y si no hubiera acuerdo, por mayoría simple. Como novedad, podrán ser presidentes de la Junta los hermanos mayores, pero también los vicehermanos mayores, así como vicepresidentes o viceabades que no estén en activo en ninguna cofradía. Se amplía, por tanto, el número de personas que pueden ser candidatos a dirigir la organización.

Asimismo, se crea una comisión de mediación para resolver los conflictos entre las hermandades. Se buscará la máxima objetividad, por lo que las cofradías enfrentadas quedarán fuera de la toma de decisiones sobre su debate. Decidirán el resto de hermandades, el presidente y el delegado episcopal.

Celebración de plenos

En cuanto a los plenos, se fija la celebración de varios al año: uno de cuentas en el mes de diciembre, uno de preparación de la Semana Santa un mes antes de Cuaresma en el que habrá que informar de todos los cambios que se hayan previsto para la organización y otro posterior a la Pasión, en el que se valorará lo sucedido. Además cada cuatro años habrá un pleno de elecciones, que tendrá lugar siempre en la semana posterior al Corpus Christi, festividad que queda, por tanto, determinada como punto fijo inamovible que marcará la celebración automática de los comición. Así, por ejemplo, si dimitiera el presidente unos meses antes, tomaría el cargo el vicepresidente y no sería hasta después del Corpus cuando se celebrarían las elecciones.

Se crea la comisión de mediación, en la que se dirimirán los conflictos entre hermandades

Y si dimitiera toda la junta directiva, sería la cofradía decana de la Semana Santa de Salamanca, la Vera Cruz, quien se hiciera responsable de manejar el timón de la Junta de Cofradías hasta, de nuevo, el siguiente Corpus Christi. Como se recordará, la historia reciente de la Junta de Cofradías ha estado protagonizada en numerosas ocasiones por la falta de consenso entre las hermandades. Preguntados al respecto, buena parte de los hermanos mayores consideran apropiada la reforma de los estatutos. «Nos tenemos que echar una mano entre todos, coordinarnos y dejar las trifulcas, que no nos llevan a ninguna parte», comentó Gregorio García Rivas, hermano mayor de la hermandad del Via Crucis. Una cofradía pequeña, de barrio, de reciente creación si se compara con las veteranas de la ciudad, que también celebrará próximamente elecciones. García Rivas abandonará la presidencia, «por cansancio», tras 25 años involucrado en la vida del Via Crucis. «Estaré dispuesto siempre a echar una mano, pero he pasado ya por todos los puestos y es hora de descansar». Desde la sabiduría que da un cuarto de siglo de conocimiento de la Semana Santa de Salamanca, el todavía presidente del Via Crucis opinó que esta reforma estatutaria debería «haber llegado antes, pues el mandato del obispo así lo señalaba».

«La reforma es una necesidad palpable», afirmó por su parte Álvaro Gómez, cabeza visible de la hermandad penitencial más joven de la Semana Santa, la del Jesús Despojado. «Hay que recuperar la organización que existía en muchos actos y ayudar al funcionamiento de la Junta y las hermandades», añadió quien prepara el que será uno de los cambios esenciales del futuro de la Semana Santa de Salamanca, el paso del Misterio del Jesús Despojado.


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