domingo, 31 de agosto de 2014

Cristo me hizo cofrade. Mi amor por las cofradías sigue intacto"

Iván Cote, ex hermano mayor del Soberano, será diácono en septiembre, una ordenación que "no es sólo mía sino de todos"

Cote consolando a una hermana por la suspensión de la salida en 2008.

El 20 se septiembre, la Catedral vivirá la ordenación de nuevos diáconos, paso inmediatamente previo a alcanzar el ministerio sacerdotal. Esa cita adquiere un carácter especial en lo cofrade porque el que fue hermano mayor del Soberano Poder e impulsor fundacional de la misma, Iván Cote, profesará los votos como diácono después de cinco intensos años de formación. Ahora marchará a Roma para iniciar dos años de estudios de Teología Fundamental en la Universidad Gregoriana. Cote nació y se crió como cofrade en el Soberano, motivo por el que, de cara a su ordenación, desea que "estén todos los que han hecho posible mi vocación, que se ha construido desde la calle con el mundo cofrade, con gente mayor y jóvenes, con los Scouts", y concluye afirmando que "es una ordenación de todos. No tiene sentido que falte nadie que haya sido protagonista de mi vida en uno u otro sentido: no es una vocación mía sino de todos".

Sobre los cinco años de preparación hasta llegar a este 2014, Iván Cote explica que ha sido un camino "en el que nunca me he sentido abandonado por Dios. La primera parte ha sido un camino de rosas, en el que he disfrutado, he aprendido y me he realizado en mi formación. También es verdad que los últimos dos años de seminario han sido los más duros".

Un especial reconocimiento le merece el grupo de jóvenes de la Compañía de María, que ha venido dirigiendo: "me han acompañado los cinco años de formación viajando por toda Europa. Me han enseñado el verdadero sentido del amor. El respaldo de este grupo ha sido fundamental en la culminación de este primer recorrido". No duda en subrayar que todo este camino "han sido llevado de la mano del Señor del Soberano Poder", con cuya hermandad no ha perdido los estrechos vínculos y de la que ha recibido "muestras de cariño y de apoyo". Recuerda los principios de la hermandad "como algo que fue providencial en mi vida; me fui haciendo como persona porque la hermandad fue mi sustento humano y espiritual", y señala que su paso por el Seminario y por el camino recorrido "no ha cambiado mi percepción y amor por el mundo cofrade. Cristo me hizo cofrade, no lo elegí yo. Fue Él el que me hizo serlo". El hoy de la hermandad lo visualiza magnífico, con futuro y con un gran potencial en la juventud: "jamás podré ser director espiritual de mi hermandad. Eso es imposible y no es que no lo desee, es que mi hermandad me queda grande. En el Soberano hay tanta gracia de Dios que no sé si será capaz de acompañarla, seguirla y alimentarla". Puede que para 2015 le veamos ya como sacerdote, tal vez ordenándose, como a él le gustaría, en la semana de Pascua de Resurrección.

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