lunes, 26 de octubre de 2015

TODO SOBRE LA HERMANDAD DE LA HINIESTA DE SEVILLA

               Hermandad de la Hiniesta

Con el nombre de Hermandad y Cofradía se denominan aquellas asociaciones públicas de fieles mediante las cuales estos buscan promover el culto público a los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor, al Santísimo Sacramento de la Eucaristía, a la Santísima Virgen y a los Santos.(Normas diocesanas para Hermandades y Cofradías. Art. 1.1.Diciembre 1997)
La Hermandad de la Hiniesta es una asociación pública de fieles que tiene personalidad jurídica propia en el orden canónico, conforme al canon 313 y concordantes en el orden civil conforme al artículo 1.4 de los Acuerdos entre el Estado Español y la Santa Sede de 4 de enero de 1979.(Reglas de la Hermandad. Art. 2. Febrero 2004).

Historia

Los orígenes legendarios

Cuenta la leyenda que el apóstol Santiago, durante su predicación en España, fundó la Iglesia de Sevilla, nombrando como primer obispo a su discípulo Pío, que alcanzaría la santidad con su martirio. San Pío sería quien construyese, en el año 38, la primera iglesia sevillana, con el título de Santa Jerusalén, en el solar que actualmente ocupa el convento de los capuchinos, a las afueras de la Puerta de Córdoba. San Pío puso en la iglesia una imagen de la Virgen, que sería la segunda en el mundo, tras la del Pilar de Zaragoza. La Virgen sevillana se tituló de la Concepción, y no era otra que la que más tarde se llamaría de la Hiniesta.
Con motivo del saqueo de Sevilla por Gunderico, que fue rey de los vándalos entre el 407 y el 428, la Virgen de la Concepción fue escondida para evitar su profanación en una casa en el interior de las murallas de la ciudad, situada en el solar donde después se alzaría la parroquia de San Julián. Tras la invasión vándala, se construyó en el lugar de la casa un templo, que recuperó el título de Santa Jerusalén, dedicado a la Virgen de la Concepción, que lo presidió desde su altar mayor. Allí permanecería hasta que la invasión musulmana en el año 711 obligó a ocultarla en los montes de Cataluña.
A finales del siglo XIV, el caballero mosén Per de Tous se encontraba cazando en los montes de su tierra cuando su azor quedó paralizado ante las retamas en las que se habían refugiado las perdices que perseguía. Extrañado por el comportamiento del animal, el caballero se apeó de su caballo, miró dentro del matorral y descubrió una imagen de la Virgen con el Niño en brazos con una inscripción a sus pies que, en latín, decía: "Soy de Sevilla, de una capilla junto a la puerta que encamina a Córdoba".
Per de Tous condujo la imagen a Sevilla y la depositó en la iglesia parroquial de San Julián, por ser el templo en aquel entonces más próximo a la puerta abierta en las murallas de la ciudad que conducía a Córdoba. El hecho de haberse encontrado la imagen de la Virgen oculta en unas retamas o hiniestas motivó que se titulase Santa María de la Hiniesta.
Tras en el hallazgo en Cataluña, Per de Tous habilitó un carro adornado con costosos y ricos terciopelos y tirado por dos bueyes para trasladar la imagen, a la que acompañó junto a sus parientes y criados. En el cortijo de Cuartos, a una legua de Sevilla, salieron a recibir a la comitiva el arzobispo y los cabildos eclesiástico y secular, e, incluso, los reyes, Juan I y Leonor de Aragón, que se encontraban en Sevilla. La Virgen fue conducida a la catedral, donde se celebró octava y fiesta. El cabildo catedralicio quiso quedarse con la imagen, pero Per de Tous hizo prevalecer su voluntad de conducirla al lugar que indicaba la inscripción: la parroquia de San Julián, junto a la Puerta de Córdoba. Allí construyó capilla en la cabecera de la nave del Evangelio donde entronizó a la Virgen de la Hiniesta.

Siglos XIV-XV

Los antiguos cronistas y analistas sevillanos coinciden en señalar el año 1380 como el del inicio del culto de la Virgen de la Hiniesta en la parroquia de San Julián. Desde el primer momento, la imagen queda vinculada a la familia Tous, luego entroncada con los Monsalve, que le construye capilla, sin que esto sea óbice para que otros miembros de la nobleza, como los Enríquez de Ribera, e incluso de la realeza, como el infante Fernando el de Antequera, muestren también su devoción a la Virgen con distintos actos piadosos y donaciones. Muy pronto surge una hermandad de gloria para rendir culto a la Virgen de la Hiniesta con hospital propio en la esquina de las actuales calles Vergara e Hiniesta, junto a la parroquia de San Marcos.
1380. Según la tradición, el caballero mosén Per de Tous, estando de cacería por los montes de Cataluña, encuentra una imagen de la Virgen con el Niño con un letrero que advierte su procedencia sevillana, de una iglesia junto a la Puerta de Córdoba. Siguiendo esta indicación, la trae a Sevilla y la deposita en la parroquia de San Julián. La puerta por la que entró la imagen en la iglesia, en la nave del Evangelio, se tapió como señal del deseo divino de permanencia en el templo y en la ciudad, y así continúa en nuestros días.
1407. Per de Tous construye capilla a la Virgen de la Hiniesta en la cabecera de la nave del Evangelio de la parroquia de San Julián con derecho a enterramiento familiar.
El infante Fernando el de Antequera, futuro rey de Aragón, por su devoción a la Virgen de la Hiniesta, duerme en su capilla la noche del 7 de septiembre.
1412. Según el historiador Francisco Lorenzo de Vera y Rosales, se funda una hermandad para dar culto a la Virgen de la Hiniesta.
1480. En torno hasta fecha, un clérigo llamado Luis Alfonso deja en su testamento a la hermandad unas casas a espaldas de la parroquia de San Marcos para crear un hospital.
1499. Juan de Monsalve, nieto de Per de Tous, funda una capellanía en la capilla y altar de la Virgen de la Hiniesta.
1500. Francisco Enríquez de Ribera, adelantado mayor de Andalucía, funda cinco capellanías en la capilla y altar de la Virgen de la Hiniesta.

Siglo XVI

Comienza en la segunda mitad de este siglo la vinculación con el Ayuntamiento de Sevilla, que en repetidas ocasiones acudirá en rogativa a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa como protectora de la ciudad.
La nueva espiritualidad del catolicismo contrarreformista hace que la hermandad de gloria de la Hiniesta se transforme en cofradía de penitencia en 1565. Años después, en 1587, se verá obligada a abandonar su hospital y trasladarse a capilla propia construida en la parroquia de San Julián. Desde entonces la hermandad permanece en ella, siendo quizá el ejemplo de permanencia en una sede más longevo de todas las cofradías sevillanas.
1507. Francisco Enríquez de Ribera manda en su testamento que se añadan tres capellanías a las cinco fundadas siete años antes.
1565. La autoridad eclesiástica aprueba reglas en las que se fija la estación de penitencia en la noche del Jueves Santo con una imagen de Cristo crucificado, sin título específico, y una Dolorosa con la advocación de la Hiniesta. Los nazarenos visten túnica de anjeo o de presilla, con un capirote redondo y un escapulario negro con el escudo, y tienen que ir descalzos, a excepción de aquellos que estuvieran enfermos que pueden calzar alpargatas.
1568. La autoridad eclesiástica aprueba la unión de las Hermandades de la Hiniesta y de las Ánimas del Purgatorio de San Julián.
1575. El jurado Diego de Postigo dona una lámpara de plata a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, la más antigua de las fechadas en Sevilla.
1580. Por la falta de lluvias, el cabildo municipal saca en procesión a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa y la lleva a la catedral, donde celebra fiesta y rogativa.
1582. La Virgen de la Hiniesta Gloriosa va en procesión de rogativa por la epidemia de peste a la catedral, en cuya capilla mayor permanece ocho días. Allí celebra el cabildo municipal fiesta y rogativa.
1583. Los escultores Gaspar del Águila y Juan de Oviedo el Viejo contratan un retablo para la Hermandad de la Hiniesta.
1584. El Ayuntamiento acuerda ceder unos terrenos a la hermandad para construir capilla propia en San Julián.
1586. El provisor aprueba un nuevo capítulo de las reglas. La estación de penitencia se señala en la tarde del Miércoles Santo. Los hermanos de luz visten túnica negra y capirote alto (ésta es la mención más antigua que se conoce de este tipo de capirote en la Semana Santa de Sevilla), y los hermanos de sangre, túnica blanca, capirote bajo y escapulario presado (verde claro), el mismo color del estandarte.
1586. Para celebrar la fiesta de la Natividad, se coloca junto a la capilla de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa un "tablado grande" donde se representa el momento del hallazgo de la imagen por Per de Tous con las figuras de éste y sus criados. Por la tarde, se saca a la Virgen en procesión por el barrio. A su regreso, se coloca en el altar mayor de la parroquia, lugar en el que por primera vez se celebra la octava.
1587. Se clausura el hospital de la hermandad y ésta se traslada a la parroquia de San Julián, a la capilla construida en los terrenos cedidos por el Ayuntamiento, que se abría a la nave del Evangelio.
1588. El rey Felipe II manda por real cédula que todas las poblaciones del reino saquen en procesión la imagen de la Virgen de mayor antigüedad y devoción para suplicar el éxito de la invasión de Inglaterra por la Gran Armada. El Ayuntamiento acuerda sacar a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, que es llevada a la catedral.
1590. Andrés de Monsalve interpone pleito contra la hermandad por sacar a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en procesión todos los años, lo que según él iba en detrimento de su devoción.
1599. La autoridad eclesiástica aprueba las reglas fundacionales de la Hermandad Sacramental de San Julián.

Siglo XVII

La Virgen de la Hiniesta se reconoce como patrona y protectora de Sevilla. Por ello, en 1649, el Ayuntamiento instituye un voto perpetuo de acción de gracias por el fin de la epidemia de peste que asoló la ciudad.
Tras un largo proceso de más de treinta años, se construye un retablo mayor en San Julián en el que queda entronizada la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en 1671. Desde entonces preside la iglesia.
La epidemia de 1649 provoca el fallecimiento de numerosos hermanos hasta el punto de que la hermandad queda prácticamente sin actividad. En 1667 hay un intento de reorganización que se materializa en unas nuevas reglas, aprobadas en 1671, que priman los cultos a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa sobre la estación de penitencia, supeditada a la disponibilidad económica. En la práctica, la hermandad queda reducida a la condición de gloria porque en Semana Santa no se volverá a salir hasta 1881. La publicación en 1688 del Discurso histórico de Nuestra Señora de la Iniesta, de Francisco Lorenzo de Vera y Rosales, se enmarca dentro de las acciones emprendidas para revitalizar la hermandad y el culto de la Virgen.
1623. En la reducción de cofradías, se adscriben a la Hiniesta las Hermandades del Buen Fin, el Calvario y Montserrat.
1631. Se publica en Barcelona Ramilletes de flores de la retama, de fray Pedro Beltrán, poemario dedicado a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. Se reedita en 1948 y 1999.
1635. La parroquia de San Julián llega a un acuerdo con el deán Francisco de Monsalve para que éste construya un panteón en el presbiterio y un retablo mayor donde se entronice a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. La capilla mayor de San Julián pasa a ser patronato de la familia Monsalve.
1640. El deán Francisco de Monsalve encarga al escultor Felipe de Ribas un retablo para la capilla mayor de San Julián, cuyo patronato compra a la fábrica de la parroquia.
1641. La obra del retablo mayor de San Julián se paraliza con la muerte de Francisco de Monsalve.
1647. Felipe de Ribas firma nueva escritura de obligación con los albaceas y herederos de Francisco de Monsalve para la finalización del retablo mayor de San Julián.
1648. El Ayuntamiento dedica octava extraordinaria a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en la parroquia de San Julián con motivo de la epidemia de peste.
1649. El Ayuntamiento saca en procesión a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa y le dedica una octava en la catedral en agradecimiento por el fin de la epidemia de peste y acuerda establecer un voto a perpetuidad de acción de gracias. Este voto se renueva todos los años por el alcalde de Sevilla en la función del 8 de septiembre.
1662. Una real cédula concede licencia para pedir limosna en América durante cinco años para concluir el retablo de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, es decir, el retablo mayor de San Julián.
1667. Un grupo de devotos de la Virgen de la Hiniesta se reúnen en cabildo para recibirse como hermanos y hacer unas nuevas reglas para revitalizar la hermandad, postrada por los numerosos hermanos fallecidos en la epidemia de 1649.
1671. Se aprueban nuevas reglas, que fueron impresas. La estación de penitencia no se suprime sino que se supedita a la existencia de medios. La cofradía no vuelve a salir en Semana Santa hasta 1881.
Juan Chacón envía desde América una limosna de 421 pesos y medio de oro a la Virgen de la Hiniesta.
1674. La Virgen de la Hiniesta Gloriosa sale en procesión por el barrio de San Julián. A su regreso es entronizada en el camarín principal del nuevo retablo mayor de la parroquia.
1677. La hermandad celebra fiesta y rogativa a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa para que Sevilla quede libre de la epidemia de peste que afecta a Andalucía.
1679. La Virgen de la Hiniesta Gloriosa sale en procesión por el barrio de San Julián en agradecimiento por haberse librado Sevilla de la epidemia de peste.
1688. Se publica el Discurso histórico de Nuestra Señora de la Iniesta, de Francisco Lorenzo de Vera y Rosales, texto fundamental para conocer la historia de la Virgen y de la hermandad desde sus orígenes hasta el siglo XVII. Se reedita en 1992 y 2001.

Siglo XVIII

La hermandad se centra en el culto a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, a la que sigue recurriendo el Ayuntamiento cuando la ciudad así lo necesita.
Se afirma que el rey Felipe V otorgó a la hermandad el título de "Real" durante su estancia en Sevilla (1729-1733).
1704. La hermandad celebra función a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa por el éxito del rey Felipe V en la Guerra de Sucesión.
1740. El Ayuntamiento visita a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en San Julián en agradecimiento por el fin de las lluvias que habían provocado inundaciones.
1750. El cabildo municipal celebra función de rogativa a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en San Julián por el fin de la sequía.
1756. El Ayuntamiento, con asistencia del cabildo catedralicio, celebra función votiva a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en San Julián en agradecimiento por la protección dada a Sevilla durante el terremoto del 1 de noviembre de 1755.
1769. El papa Clemente XIV concede que cualquier sacerdote que diga misa en el altar de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa pueda sacar del purgatorio el alma del difunto por quien la aplica.
1799. Se publica el Ceremonial del Ayuntamiento de Sevilla, en el que se indica que los capitulares debían acudir a San Julián en coche, vestidos de gala con medio uniforme, el 7 de septiembre por la tarde para las vísperas y el 8 por la mañana para la misa y el sermón.

Siglo XIX

La hermandad deja de tener actividad a mediados de este siglo, de forma que es necesaria su reorganización en 1879 en la que se hace prevalecer el carácter penitencial. Entre 1881 y 1895 la cofradía vuelve a salir en Semana Santa con un paso con la escena del Calvario, con la Virgen de la Hiniesta Dolorosa a los pies del Cristo de la Buena Muerte, al que se añade más tarde un primero alegórico del Triunfo de la Santa Cruz.
1804. El rey Carlos IV manda que se hagan rogativas públicas por el fin de diversas calamidades que afectan a distintas poblaciones españolas. El Ayuntamiento lleva a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa en procesión general a la catedral, en cuya capilla mayor celebra misa y sermón.
Justino Matute y Gaviria publica en el Correo de Sevilla el artículo "Noticias de la imagen de Nuestra Señora de la Iniesta, Patrona de Sevilla".
1834. Antonio Calvete construye un órgano costeado por Salvador María de Cárdenas y Ballesteros en honor de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. Se encontraba en el muro del Evangelio y desapareció en el incendio de 1932. En la cripta de la parroquia se conserva la lápida de mármol que conmemora su construcción.
1879. Se aprueban nuevas reglas con el título de Cofradía del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Hiniesta en sus Misterios Dolorosos. La hermandad recupera el carácter penitencial, fijándose la salida en la madrugada del Viernes Santo. Los nazarenos visten túnica negra con cinturón de esparto.
1881. La cofradía vuelve a hacer estación de penitencia, interrumpida en el siglo XVII. Al no poder salir el Domingo de Ramos por causa de la lluvia, lo hace en la tarde del Lunes Santo con un solo paso con el Crucificado, la Virgen y San Juan Evangelista.
1882. La cofradía sale en la tarde del Domingo de Ramos.
1883. La cofradía sale en último lugar en la madrugada del Viernes Santo acompañada por una centuria romana. Se mojó.
1883. La Hermandad de la Hiniesta se fusiona con la del Santísimo Sacramento de San Julián.
1883. José Alonso Morgado publica en Sevilla Mariana el artículo "La antigua y milagrosa imagen de Nuestra Señora de la Hiniesta Patrona de Sevilla, venerada en la iglesia parroquial de San Julián".
1885. La cofradía sale en la tarde del Miércoles Santo con dos pasos dorados de estilo gótico: el alegórico del Triunfo de la Santa Cruz y el del Calvario. Los nazarenos visten túnica blanca de cola y antifaz negro en el primer paso, y túnica, antifaz y capa negra en el segundo.
1885. La Virgen de la Hiniesta Dolorosa sale en procesión de rogativas para que cese la epidemia que asola la ciudad.
1886. La cofradía sale en la tarde del Jueves Santo. Se estrenan las imágenes de los cuatro Evangelistas en el paso alegórico y las de Santa María Magdalena y los Santos Varones en el paso de misterio. Se estrenan también vestidos y mantos bordados para la Virgen, San Juan y los Santos Varones, además de estandarte, senatus, sinelabe y bocinas, todo bordado en oro en estilo gótico.
1887. La cofradía sale en la tarde del Miércoles Santo. Se estrenan las ropas de terciopelo bordadas en oro de Santa María Magdalena, San Juan y los Santos Varones.
1888. La cofradía sale en la tarde del Jueves Santo.
1889. La cofradía sale en la tarde del Jueves Santo.
1890. La cofradía sale en la tarde del Jueves Santo.
1891. La cofradía sale en la tarde del Jueves Santo.
1892. La cofradía sale en la tarde del Jueves Santo.
1895. La cofradía sale en la tarde del Domingo de Ramos. Es la última vez que hace estación de penitencia en el siglo XIX.
1897. El misterio de la Cena sale en el paso del Triunfo de la Santa Cruz que la hermandad cedió al efecto. Aquel año la Cena estrenó el apostolado realizado en barro por Manuel Pérez Gisbert.
1899. Se intenta reorganizar la hermandad pero no se obtiene la autorización eclesiástica.

Siglo XX

La hermandad se reorganiza definitivamente en 1905 y vuelve a salir en Semana Santa un año después, haciéndolo ya el Domingo de Ramos, donde continúa. Desaparece el paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz, el Calvario queda reducido a la Magdalena arrodillada a los pies del Cristo de la Buena Muerte y Juan Manuel Rodríguez Ojeda crea el paso de palio de la Virgen de la Hiniesta Dolorosa.
La parroquia de San Julián es incendiada en 1932, quedando destruidas las imágenes titulares de la hermandad, que vivirá un nuevo incendio en San Marcos en 1936. Los años de posguerra son una prueba de superación para una hermandad que tiene que reinventarse de la nada, haciendo nuevas imágenes y reconstruyendo su patrimonio.
En 1959 el papa Juan XXIII concede la coronación canónica de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, celebrada por el cardenal José María Bueno Monreal en la catedral de Sevilla en 1974.
La Hermandad de la Hiniesta se fusiona con la Sacramental de San Julián en 1967.
1901. Se intenta de nuevo reorganizar la hermandad sin éxito.
1905. Se reorganiza la hermandad.
1906. Se reanuda la estación de penitencia saliendo la cofradía en la tarde del Domingo de Ramos con tres pasos: el alegórico del Triunfo de la Santa Cruz, con imágenes nuevas; el del Cristo de la Buena Muerte, que iba solo, sin la Magdalena; y el de palio con la Virgen de la Hiniesta Dolorosa, que se estrena con los bordados en plata sobre raso azul de Juan Manuel Rodríguez Ojeda. Los nazarenos visten túnica blanca de cola rizada con cinturón de esparto y antifaz de raso azul.
1907. La cofradía sale en la tarde del Domingo de Ramos.
1908. La cofradía sale en la tarde del Domingo de Ramos.
1909. La cofradía sale en la tarde del Domingo de Ramos. Se incorpora la figura de Santa María Magdalena arrodillada al paso del Cristo de la Buena Muerte.
1910. La cofradía sale en la tarde del Domingo de Ramos.
1912. La cofradía sale en la tarde del Domingo de Ramos, ya sin el Triunfo de la Santa Cruz, cuyo paso se vende a la Hermandad de los Negritos para que procesione el Cristo de la Fundación. A partir de este año la cofradía sale de manera continuada el Domingo de Ramos hasta 1931.
1912. Manuel Delgado Brackembury restaura la imagen de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, eliminando los postizos que permitían vestirla.
1914. Se estrenan las túnicas de los nazarenos de la Virgen que siguen usándose en la actualidad: sotana y antifaz de raso azul y capa de merino.
1915. El Domingo de Ramos, las cofradías de la Hiniesta y San Roque coinciden en la calle Santa María de Gracia. La de San Roque pretende adelantar a la de la Hiniesta, cuando ésta ya tiene nazarenos en la calle Sierpes, lo que da lugar a un altercado entre ambas hermandades.
1916. Se estrenan respiraderos para el paso de palio adquiridos a la Hermandad de la Amargura, así como candelabros de cola, saya, bocinas, banderas y apagadores.
1919. La Virgen de la Hiniesta Gloriosa participa en la procesión del Corpus Christi.
1920. La Virgen de la Hiniesta fue acompañada el Domingo de Ramos por una imagen de San Juan Evangelista. Por causa de la lluvia la cofradía tiene que refugiarse en la catedral, regresando el Lunes Santo a San Julián con su cuerpo de nazarenos.
1921. Se restaura el paso de Cristo, que estrena respiraderos el Domingo de Ramos.
1922. La Virgen de la Hiniesta Gloriosa participa en la procesión del Corpus Christi.
1925. Manuel López Farfán compone la marcha procesional "La Estrella Sublime", dedicada a la Virgen de la Hiniesta Dolorosa.
Se aprueban nuevas reglas.
1928. Los nazarenos del paso de Cristo estrenan túnicas de cola de raso azul.
1929. Se pasan a terciopelo azul los bordados del palio. Juan Manuel Rodríguez Ojeda rediseña las caídas de cajón que pasan a ser de figura.
La Virgen de la Hiniesta Gloriosa es expuesta en la Exposición Mariana celebrada en la parroquia del Divino Salvador con motivo del Congreso Mariano Hispano-Americano y participa en la procesión de clausura del mismo.
1930. El Domingo de Ramos, la Virgen de la Hiniesta estrena manto de terciopelo azul al que se han pasado los bordados del anterior en el taller de Juan Manuel Rodríguez Ojeda.
1931. Los nazarenos del Cristo visten túnicas azules con cíngulo rojo.
1932. La cofradía no sale ante la convulsa situación política.
La parroquia de San Julián es incendiada el 8 de abril, perdiéndose las imágenes titulares de la hermandad. La parroquia y la hermandad se trasladan a San Marcos.
1933. Antonio Castillo Lastrucci talla una nueva imagen de la Virgen de la Hiniesta Dolorosa.
1935. Después de tres años sin hacer estación de penitencia, la cofradía sale desde Santa Marina con dos pasos. En el primero iba un Crucificado cedido por la Hermandad de la Lanzada y en el segundo, la Virgen de la Hiniesta Dolorosa bajo palio.
1936. La cofradía sale nuevamente desde Santa Marina con un solo paso, con la Virgen a los pies del Crucificado cedido por la Hermandad de la Lanzada.
La parroquia de San Marcos es incendiada el 18 de julio. Desaparece la Virgen de la Hiniesta Dolorosa de Castillo Lastrucci y quedan destruidos los restos de la primitiva Virgen de la Hiniesta Dolorosa que se custodiaban en la sacristía del templo. La parroquia de San Julián y la hermandad se trasladan a la iglesia San Luis de los Franceses.
1937. Un tramo de nazarenos, presididos por el simpecado con la reproducción en sedas de la Virgen de la Hiniesta Dolorosa primitiva, sale acompañando a la cofradía de la Amargura en su estación de penitencia. El Jueves Santo, la cofradía de Montesión sale con sus imágenes titulares en los pasos de la Hiniesta.
1937. Antonio Castillo Lastrucci talla una nueva imagen de la Virgen de la Hiniesta Dolorosa, actual titular de la hermandad.
1938. Antonio Castillo Lastrucci talla la imagen del Cristo de la Buena Muerte.
Ante la imposibilidad de salir de San Luis de los Franceses, donde está establecida la hermandad, la cofradía hace estación de penitencia desde la iglesia de Nuestra Señora de Consolación (los Terceros).
1939. La cofradía sale de la iglesia de Nuestra Señora de Consolación (los Terceros).
La autoridad eclesiástica anula la fusión de las Hermandades de la Hiniesta y del Santísimo Sacramento de San Julián.
1940. La cofradía sale de la iglesia de Montesión (actual Archivo de Protocolos Notariales).
1941. La cofradía sale de la iglesia de San Martín.
1942. La cofradía sale de la iglesia de San Martín.
Por decreto de la autoridad eclesiástica, la hermandad pasa a ser gobernada por una comisión gestora.
1943. La cofradía sale de la iglesia de San Martín.
1944. La cofradía sale de la iglesia de San Martín. Se estrena la imagen de Santa María Magdalena, realizada por Antonio Castillo Lastrucci.
1945. La cofradía sale de la iglesia de San Martín. Se mojó.
Antonio Castillo Lastrucci talla una nueva imagen de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, que es bendecida en la iglesia de San Luis de los Franceses.
1946. Se aprueban nuevas reglas.
Se reabre al culto la parroquia de San Julián tras su reconstrucción. La hermandad abandona San Luis de los Franceses para regresar a su sede y salir desde ella el Domingo de Ramos.
1948. El Centro de Investigaciones Científicas reedita Ramillete de flores de la retama, de fray Pedro Beltrán.
1949. Se celebra el III Centenario del Voto de la Ciudad a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. Luis Joaquín Pedregal publica en la revista Archivo Hispalense el artículo "Noticias para la historia de la Hermandad de la Virgen de la Hiniesta".
1956. La cofradía no sale por la lluvia.
1958. Se solicita al papa Pío XII la coronación de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa.
1959. El papa Juan XXIII concede la coronación de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. Por diversas cuestiones, el acto se aplaza quince años.
1962. La autoridad eclesiástica nombra una comisión gestora, presidida por el párroco de San Julián, para regir los destinos de la hermandad.
Los nazarenos del Cristo visten la actual túnica blanca de cola, con cinturón estrecho de esparto y antifaz de raso azul.
1965. Durante las misiones, la Virgen de la Hiniesta Dolorosa visita el barrio del Cerro del Águila. Con tal motivo, la Hermandad de la Virgen de los Dolores nombra a la Hiniesta hermana honoraria.
Por primera vez, la Virgen de la Hiniesta Gloriosa preside el altar del Ayuntamiento en la plaza de San Francisco para la procesión del Corpus Christi, tradición mantenida hasta hoy.
1966. El cardenal José María Bueno Monreal bendice la casa hermandad y la Escuela de Iniciación Profesional Virgen de la Hiniesta.
1967. Se aprueban nuevas reglas, que recogen la fusión con la Hermandad del Santísimo Sacramento de San Julián.
1971. La cofradía no sale por la lluvia.
1972. Se estrena el paso de Cristo diseñado por Cayetano González Gómez.
San Julián se cierra por obras, y la parroquia y la hermandad se trasladan a San Marcos.
1973. Durante la función ofrecida por la hermandad en honor de la Inmaculada Concepción, se proclama el breve pontificio que concede la coronación de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. Al día siguiente, festividad de la Inmaculada, la imagen sale en procesión por las calles del barrio de San Julián.
1974. El cardenal José María Bueno Monreal corona a la Virgen de la Hiniesta en el trascoro de la catedral el 23 de mayo. Durante la procesión de regreso, en la plaza de San Francisco, el alcalde Juan Fernández Rodríguez y García del Busto, padrino de la coronación, consagra la ciudad a la Virgen de la Hiniesta, renueva el voto de 1649 y le ofrenda el bastón de alcaldesa de Sevilla.
1977. Los pasos son llevados por primera vez por cuadrillas de costaleros hermanos el Domingo de Ramos.
1979. La lluvia obliga al paso de Cristo a regresar a San Julián, sin que el palio llegue a salir.
1980. Se conmemora el VI Centenario de la llegada de la Virgen de la Hiniesta a Sevilla. La imagen se traslada a la catedral, donde se celebran cultos en su honor.
1982. Por causa de la lluvia, la cofradía se refugia en la catedral. Se regresa aquella misma noche por la Avenida, Tetuán, Velázquez, O'Donnell, Campana, Martín Villa, Laraña, Encarnación e Imagen para enlazar con el recorrido previsto a partir de Doña María Coronel. Un nuevo chaparrón obliga al palio a refugiarse en San Román mientras el paso de Cristo continúa hasta San Julián. La Virgen entra en San Julián bien entrada la madrugada.
1988. La autoridad eclesiástica aprueba nuevas reglas en las que se otorga igualdad de derechos a hermanos y hermanas.
1989. El mal estado de la fábrica de la parroquia de San Julián obliga a su cierre el 17 de julio. La parroquia y la hermandad se trasladan a la iglesia de San Hermenegildo.
1990. La cofradía sale de la iglesia de Santa Marina. La lluvia obliga a buscar refugio en la iglesia de la Anunciación, desde donde se regresa a Santa Marina aquella misma noche.
1990. El alcalde Manuel del Valle Arévalo impone a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa la réplica de la medalla de la ciudad en el transcurso de la función votiva del 8 de septiembre, que tuvo lugar en la iglesia de Nuestra Señora de Consolación, ya que el edificio del Ayuntamiento estaba en obras y la alcaldía se encontraba temporalmente en el antiguo convento de los Terceros. La Virgen se traslada en andas el día 7 y regresa procesionalmente en su paso a San Julián el día 9.
1991. La cofradía sale de la iglesia de Santa Marina.
1991. Mientras que el escultor José Pérez Delgado realiza una réplica de la cruz del Cristo de Buena Muerte, éste se deposita desclavado en la clausura del monasterio de Santa Paula.
1992. La cofradía sale de la iglesia de Santa Marina.
1992. La Sociedad de Bibliófilos Andaluces reedita el Discurso histórico de Nuestra Señora de la Iniesta de Francisco Lorenzo de Vera y Rosales.
1993. La cofradía sale de la parroquia de San Julián a pesar de estar aún en obras.
1994. La cofradía sale de la iglesia de Santa Marina. El recorrido de vuelta varía para intentar descongestionar el Domingo de Ramos: plaza del Triunfo, Fray Ceferino González, Almirantazgo, Postigo del Aceite, Dos de Mayo, Arfe, Harinas, Barcelona, Plaza Nueva, Tetuán, Velázquez, O´Donnell, Campana, Martín Villa, Laraña, plaza de la Encarnación e Imagen, para enlazar a partir de Doña María Coronel con el recorrido habitual.
1994. Tras cinco años de obras, el 16 de septiembre se reabre al culto la parroquia de San Julián, a la que la hermandad había regresado un día antes. Por la tarde, la Virgen de la Hiniesta Gloriosa sale en procesión por las calles del barrio.
Mauricio Domínguez y Domínguez-Adame pronuncia la conferencia "La Virgen de la Hiniesta, su vinculación con la parroquia de San Julián y el Ayuntamiento de Sevilla". Editada por la Real Maestranza de Caballería en 1995 y reeditada en 1998 y 2004.
1995. La cofradía vuelve a salir de San Julián.
En el mes de octubre se celebra en la casa hermandad la exposición "Hiniesta Gloriosa Coronada, Patrona de Sevilla. Cincuentenario de la nueva imagen".
El 9 de noviembre, los restos de Antonio Castillo Lastrucci fueron inhumados en el mausoleo levantado en la nave de la Epístola de la parroquia de San Julián y que preside el grupo escultórico de la Piedad de Nuestra Señora de su autoría.
1998. La cofradía tiene que regresar a San Julián a causa de la lluvia cuando el Cristo se encontraba en la calle Correduría y la Virgen, en la Puerta de Córdoba.
El Ayuntamiento costea una hornacina embutida en el camarín de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa para albergar los restos calcinados de la primitiva imagen y del antiguo Cristo de la Buena Muerte.
1999. Se conmemora el XXV Aniversario de la Coronación de la Virgen de la Hiniesta y el CCCL Aniversario del Voto de la Ciudad. En un acto celebrado en la plaza de San Francisco en la tarde de la festividad del Corpus Christi, el Ayuntamiento renueva el voto de 1649 y le ofrenda a la Virgen una reproducción de las llaves de Sevilla. Durante el mes de junio se celebra la exposición "La Virgen de la Hiniesta y Sevilla" en el Salón de las Monedas del Ayuntamiento de Sevilla con el patrocinio de la Real Maestranza de Caballería. El Ayuntamiento de Sevilla publica el catálogo de la muestra y reedita el Ramillete de flores de la retama, de fray Pedro Beltrán.
2000. La cofradía no sale por la lluvia.

Siglo XXI

La hermandad alcanza el siglo XXI en un momento de esplendor, con una extensa nómina de hermanos, un largo cuerpo de nazarenos y acometiendo ambiciosos proyectos como el de la nueva casa hermandad o el paso de plata para la Virgen de la Hiniesta Dolorosa.
2001. El Ayuntamiento de Sevilla reedita el Discurso histórico de Nuestra Señora de la Iniesta de Francisco Lorenzo de Vera y Rosales.
2002. El arzobispo Carlos Amigo Vallejo dedica el templo de San Julián el 26 de octubre.
2003. La cofradía no sale por la lluvia.
2005. La autoridad eclesiástica aprueba las reglas vigentes.
Por las obras de instalación de un nuevo sistema de iluminación en la parroquia de San Julián, el quinario al Cristo de la Buena Muerte se celebra en la iglesia del convento de Santa Isabel.
2006. Se derriba la antigua casa hermandad y se inicia la construcción de la nueva. Durante la excavación arqueológica preventiva, se descubre un mural pintado de época taifa (siglo XI).
2008. Se aprueba el reglamento de régimen interior vigente.
2010. Tras la función en honor del Cristo de la Buena Muerte, el arzobispo Juan José Asenjo Pelegrina bendice la nueva casa hermandad. En el mes de octubre comienzan los actos y cultos con motivo del VI Centenario fundacional de la Hermandad de Gloria de la Virgen de la Hiniesta.

Sede Canónica

Sede canónica
Esta Hermandad tiene su sede, desde el momento fundacional, en la Parroquia del Señor San Julián de esta ciudad de Sevilla, siendo parte integrante de la comunidad parroquial a todo efecto, ejerciendo la misión corresponsable que le toca en la vida parroquial y diocesana. (Reglas de la Hermandad. Art. 7.1.)
La de San Julián es una de las parroquias más antiguas de Sevilla pues se creó en torno a 1250 en la primera organización eclesiástica de la ciudad, tras su conquista por Fernando III el Santo en 1248. No hay ningún dato documental o arqueológico que confirme la existencia en su solar de una iglesia paleocristiana o visigótica, como afirma la tradición, ni que a mediados del siglo XIII se adaptase al culto católico una mezquita. Responde al modelo parroquial medieval sevillano en el que se entremezclan elementos de raigambre gótica con otros de procedencia mudéjar
El edificio, con orientación canónica oeste-este, se levantó en la primera mitad del siglo XIV, sufriendo una importante restauración en 1690-1691. Un incendio en la madrugada del 8 de abril de 1932 provocó la ruina de su fábrica y la desaparición de la práctica totalidad de sus bienes muebles.

La Iglesia parroquial de San Julián en la actualidad

Las difíciles circunstancias políticas y económicas por las que atravesó el país durante la Segunda República, la Guerra Civil y los inmediatos años de posguerra hicieron que la reconstrucción de la parroquia de San Julián, tras el incendio de 1932, se dilatase en el tiempo. El templo no se reabrió al culto hasta 1946 con profundos cambios en su fisonomía. Desaparecieron las portadas ojivales de las naves laterales y las yeserías mudéjares de la capilla de la Virgen de la Hiniesta, que habían sobrevivido, muy dañadas, al incendio. También se enajenó la Cruz de la Retama, que se trasladó al atrio de la iglesia de San Antonio Abad. La cubrición de la capilla mayor se rehízo recuperando la fisonomía de bóvedas góticas que había perdido en el siglo XVII. Del edificio original sólo se conservan la planta y la portada de los pies, pues hasta los muros tuvieron que ser rehechos.
La precariedad de la reconstrucción realizada en los años 40 ha obligado a intervenir en la fábrica de la parroquia en diversas ocasiones. Destacan, por su envergadura, las obras realizadas en 1972-1974 y 1989-1993, que obligaron al cierre del templo. En la segunda de las restauraciones citadas, fue necesario afianzar el muro de la nave del Evangelio, vencido hacia el exterior, por medio de un sistema visible de tirantes metálicos.
En la fachada principal, a ambos lados de la portada, se encuentran los retablos cerámicos de la Virgen de la Hiniesta Dolorosa, pintado por Antonio Kiernam Flores en Cerámica Santa Ana (1962), y del Cristo de la Buena Muerte, de Cerámica Macarena (1995), siendo la pintura de la imagen de Emilio Sánchez Palacios y la guardilla y el celaje de su padre Juan Sánchez Cueto y de su hermano Juan Sánchez Palacios. En el exterior de la puerta tapiada de la nave del Evangelio hay un retablo cerámico de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, de Cerámica Santa Ana (1961). Y en el muro exterior de la nave de la Epístola, en la calle Duque Cornejo, otro de la Virgen del Rosario, de Emilio Sánchez Palacios de Cerámica Macarena (1994).
El incendio de 1932 destruyó el patrimonio mobiliar de la parroquia, que se ha ido reponiendo desde la reapertura del templo hasta nuestros días.
La parroquia de San Julián integra hoy las antiguas parroquias de Santa Lucía, clausurada en 1868, y Santa Marina, destruida en 1936. La iglesia fue dedicada con el rito establecido por el arzobispo Carlos Amigo Vallejo el 22 de octubre de 2002.

La capilla mayor

Se encuentra presidida por un retablo compuesto con piezas de diversas procedencias. Destaca el primer cuerpo con cuatro columnas salomónicas (segunda mitad del siglo XVII). El camarín está ocupado por la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, imagen de talla completa de Antonio Castillo Lastrucci (1945). En las calles laterales, lienzos de la Inmaculada Concepción y de Santa Beatriz de Silva (siglo XVIII). Rematan un gran lienzo con San Francisco Solano (siglo XVIII) y un relieve de la Inmaculada Concepción (siglo XVII).
Delante del retablo hay dos lampareros (hacia 1671-1674), en los que cuelga una excepcional colección de ocho lámparas de plata (siglos XVI y XVII), que se salvaron del incendio de 1932.
La mesa de altar se encuentra en el presbiterio bajo. Se trata de una obra fundida en bronce que presenta en su frente los relieves de San Julián y la Inmaculada Concepción (1996). En el centro, en un expositor de vidrio, alberga un relicario de plata de ley, obra de los Hermanos Delgado, con un fragmento del cráneo de San Julián procedente del monasterio benedictino de Samos (Lugo) que fue entronizado el 13 de octubre de 1996. De los muros laterales cuelgan lámparas de plata, del orfebre Manuel Seco Velasco, donadas modernamente por hermanos y devotos de la Virgen de la Hiniesta.
Junto a las primeras gradas de acceso al presbiterio, en el lado de la Epístola, sobre sencillo pedestal, la imagen de talla completa de San Julián, obra de José Pérez Conde (1996).

La nave del Evangelio

En la cabecera se sitúa un retablo moderno de estilo neogótico de madera dorada presidido por la Virgen del Rosario, imagen de candelero de José Rodríguez Fernández-Andes (1936).
Sigue en el muro de la nave un sencillo retablo en cuya hornacina se encuentra la Inmaculada Concepción, imagen de talla completa (primera tercio del siglo XVII) tradicionalmente atribuida a Alonso Cano, aunque recientemente el profesor Gómez Piñol la ha vinculado al quehacer de Juan Martínez Montañés.
Pasada la puerta de comunicación con las dependencias parroquiales, se encuentra un retablo moderno de escayola dorado, en el que se amalgaman estilos como el nazarí y el renacentista, en cuya hornacina se halla la Inmaculada Milagrosa, imagen de talla completa de Antonio Castillo Lastrucci (1945-1946).
A continuación, se halla una imagen de Santa Ángela de la Cruz, de talla completa y tamaño académico, obra moderna de Ricardo Rivera, que recuerda su vinculación a la feligresía, ya que la fundadora de las Hermanas de la Cruz fue bautizada en la extinguida parroquia de Santa Lucía el 2 de febrero de 1846, como recuerda un facsímil de su registro bautismal allí expuesto.
A los pies de la nave se sitúa la pila bautismal de mármol y, en el muro de cierre, un paño cerámico con la escena del Bautismo de Cristo de R. Cantarero, en la Fábrica de la Viuda de José Mensaque (principios de la década de 1920).

La nave de la Epístola

En su cabecera se abre la capilla sacramental, que alberga un sencillo retablo de madera dorada con la Virgen de la Hiniesta Dolorosa, imagen de candelero de Antonio Castillo Lastrucci (1937). El sagrario tiene carpintería y talla en madera de cedro de Hermanos Caballero, orfebrería en plata de Hermanos Delgado y relieves y tallas en madera de naranjo de José Pérez Delgado (2005). Las lámparas que cuelgan de los muros laterales son de Manuel Seco Velasco, donadas a la Virgen de la Hiniesta por hermanos y devotos.
Ya en el muro de la nave, enmarcado en un sencillo arcosolio de madera, se encuentra el Cristo de la Buena Muerte, imagen de talla completa de Antonio Castillo Lastrucci (1938).
A continuación, sobre un pedestal de mármol, la imagen de talla completa de Santa María Magdalena, de Antonio Castillo Lastrucci (1944).
Tras la puerta que se abre a la calle, se encuentra el monumento funerario en el que reposan los restos de Antonio Castillo Lastrucci, aquí inhumado el 9 de noviembre de 1995, presidido por su grupo de la Piedad (1949), de talla completa. La cruz es la primitiva del Cristo de la Buena Muerte.

COFRADIA

Uno de los fines primordiales de esta Hermandad es dar el mayor culto a Dios Nuestro Señor y a su Santísima Madre la Virgen María. Por su triple carácter de Sacramental, Gloria y Cofradía de Nazarenos, habrá de atender debidamente a sus cultos en los tres aspectos religiosos que ostenta, dándole preferencia al Santísimo Sacramento, procurando la santificación de todos sus hermanos por la práctica frecuente de la Eucaristía y adoración a Jesús Sacramentado, signo permanente del amor fraterno y de la reconciliación.
Igualmente, y para mayor gloria a Dios, promoverá y estimulará la devoción y el culto al Santísimo Cristo de la Buena Muerte y a la Santísima Virgen en sus dos advocaciones de Hiniesta Gloriosa y Dolorosa, así como a nuestros restantes titulares. (Regla 26. Hermandad Sacramental, de Penitencia y Gloria)
En esta sección se describirán las distintas procesiones o cultos externos que realiza la Hermandad en cada una de sus vertientes: sacramental, gloria y penitencia. La Cofradía es la Hermandad en la calle, dando testimonio público de fe realizando el culto y veneración a los Sagrados Titulares de forma externa.

Cofradiero

Patrimonio Cofradiero Sacramental

Paso procesional de la custodia

El actual paso procesional de la custodia fue realizado en el año 2005. En este año se estrenaron la mayoría de enseres que lo componen y se reestructuraron otros que lo conformaban anteriormente. Entre los nuevos elementos que se hicieron están la parihuela, faldones y respiraderos del paso.
La parihuela metálica fue realizada en La Algaba (Sevilla), por Pedro Bazán Gallego y consta de cinco trabajaderas. Las medidas de la parihuela son 3,50 x 1,90 x 1,50. Los faldones realizados en damasco blanco y cenefa exterior de brocado y galón dorado, fueron confeccionados por Joaquín Sánchez Blanco. Por lo que respecta a los respiraderos, son de formas rectas y están realizados en madera forrada por galones dorados y blancos que enmarcan a catorce paños en malla dorada bordados en oro y sedas de colores, con motivos vegetales y florales.
El paño central del respiradero frontal contiene el escudo de Sevilla y el mismo del respiradero trasero tiene el escudo de las cuatro provincias catalanas. Los respiraderos fueron realizados por Fernando Morrondo y Joaquín Sánchez, proviniendo los paños de los antiguos respiraderos del palio de la Virgen de la Hiniesta, realizados por el taller de Carrasquilla en 1967. El paso lleva cuatro maniguetas en metal plateado con bolas de fleco azul y dorado, realizadas por el taller de Villarreal en 1967 y provenientes de los respiraderos anteriormente citados. Se ilumina la custodia por cuatro candeleros de metal plateado, realizados por Manuel de los Ríos en 1979. Para el exorno floral el paso tiene seis jarras de plata de ley, que pertenecen a los pasos procesionales del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y de María Santísima de la Hiniesta Dolorosa, respectivamente. Las cuatro jarras del paso de Cristo fueron realizadas en 1971 por Manuel Seco Velasco y las dos del paso de Virgen son de Orfebrería Hermanos Delgado López en 2002. El llamador es el del paso de la Virgen del Rosario de San Julián, en metal dorado, realizado en 1983 por el taller de Orfebrería de Juan Fernández. La custodia de templete es cedida por la comunidad de religiosas cistercienses del Real Monasterio de San Clemente de nuestra ciudad. Es una obra hecha en el primer cuarto del siglo XIX, en plata de ley y autor desconocido.
En estilo neoclásico y algunas reminiscencias de la rocalla del XVIII, la decoración se limita a las arquerías internas de los dos cuerpos que componen la obra, así como a las figuras exentas de los cuatro evangelistas y ángeles turiferarios que se alojan entre el primer y segundo cuerpo de la custodia. El remate de la pieza lo compone una cúpula con balaustrada y campanil sobre el que se sitúa la tradicional imagen alegórica de la Fe. La custodia se asienta sobre peana de madera policromada imitando mármol verde. Las columnas en número de ocho en el cuerpo inferior, se componen de podio rectangular, fuste liso y capitel dórico. En este cuerpo inferior se coloca sobre peana de plata cuadrangular el ostensorio barroco de la parroquia de San Julián. El cuerpo superior lo ocupa la imagen de madera policromada de la Virgen de la Hiniesta Visitadora, a modo de Inmaculada Concepción. Está realizada por Rafael Barbero Medina en 1974.

Paso procesional de la Inmaculada Concepción

Al igual que el paso de la custodia, el de la Inmaculada Concepción se estrenó en el año 2005, realizándose parihuela, faldones y maniguetas nuevas.
La parihuela metálica fue realizada en La Algaba (Sevilla) por Pedro Bazán Gallego y tiene cuatro trabajaderas. Las medidas de la parihuela son 2,10 x 1,70 x 1,50. Los faldones confeccionados en damasco blanco con cenefa de brocado azul y galones dorados los realizó Joaquín Sánchez Blanco, autor también de las cuatro maniguetas en madera dorada y celeste con borlas doradas. El moldurón del paso está realizado en madera dorada y tallada y proviene del dosel de cultos del Santísimo Cristo de la Buena Muerte. En las esquinas se sitúan cuatro ángeles de madera de naranjo realizados por Rafael Barbero Medina para el paso de Cristo de la Buena Muerte. Se ilumina el paso por cuatro candeleros de metal plateado que ejecutó Manuel de los Ríos en 1979. Dos jarras medianas sirven para el exorno floral del paso. Están realizadas en metal plateado por Manuel Seco Velasco en 1946.
La imagen mariana se sitúa sobre peana de madera oscura con apliques plateados. Esta obra proviene de la Hermandad de Nuestra Señora de Belén, de la parroquia del mismo nombre. De forma cuadrangular con cuatro volutas que parten de la base hacia su parte superior, donde se concentra la decoración a base de motivos vegetales y geométricos. De la zona superior de la peana cuelgan campanas y guirnaldas.
La magnífica imagen de la Inmaculada Concepción es obra atribuida al escultor Alonso Cano entre 1632-35, proviniendo de la parroquial de Santa Lucía y posteriormente pasó a San Julián. La imagen tiene nimbo de plata con doce estrellas de seis puntas, realizado por Juan Fernández en 1947.

Patrimonio Cofradiero Penitencial

Pasos procesionales

Paso procesional del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Santa María Magdalena

Año de ejecución
Su ejecución tuvo lugar en 1.971 y durante la década de los setenta y ochenta se fue completando. La última intervención importante tuvo lugar en 2.006 cuando se concluyen las cuatro esquinas y en el año 2008 se bordaron los faldones.
Diseño
Cayetano González Gómez.
Autores
Antonio Martín Fernández (talla), Francisco Bailac Ceniza (ebanistería), Rafael Barbero Medina (talla de cartelas de la canastilla y angelitos), Francisco Buiza Fernández (talla de imágenes de los respiraderos), Manuel Seco Velasco, Guillermo Domínguez Clavería y Orfebrería Delgado López (orfebrería) y José Ramón Paleteiro Bellerín (bordados de los faldones)
Materiales
Madera de caoba, plata y madera de naranjo. Bordados de los faldones en plata sobre terciopelo burdeos.
Imágenes
Santísimo Cristo de la Buena Muerte (1.938) y Santa María Magdalena (1.944), obras de Antonio Castillo Lastrucci.
Flores
Claveles rojos y lirios morados.
Iconografía
Imagen de Jesús Crucificado con la Magdalena a los pies. Este pasaje queda recogido en el Evangelio de San Marcos 15, 40-41.
Preseas
El Cristo de la Buena Muerte luce potencias de plata dorada realizadas en 1.963 por Manuel Seco Velasco. La aureola de la Magdalena es de plata dorada realizada en 1.988 por Orfebrería Mallol.
Descripción de elementos
El paso sigue modelos estilísticos renacentistas, con un trabajo sobrio, elegante y valiente en su talla. La orfebrería recoge toda la tradición artística del Renacimiento como puede verse en elementos como las pilastras con decoración "a candelieri", gallones, molduras, etc. Tiene respiraderos tallados, canastilla con cuatro jarras en las esquinas y cuatro ángeles, casetones y cuatro cartelas centrando cada costero. Se ilumina la canastilla por doce guardabrisones. La canastilla se remata por una artística cenefa tallada y calada, y cada cartela se completa por dos expositores a modo de templetes, al frente y en la trasera con las sendos restos de la imagen del Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, desaparecida en el incendio de 1932. Las cartelas laterales se rematan por sendas jarras. Cada uno de los remates de las cartelas tienen ángeles flanqueando el motivo principal, que en número de ocho, completan el conjunto. El paso se ilumina por cuatro hachones tallados y con apliques de plata. Iconográficamente ofrece un interesante programa hagiográfico y sacramental, con la Eucaristía como protagonista.
El primero de estos programas, queda perfectamente resuelto de modo ascendente en los respiraderos, en las cartelas laterales de la canastilla y en la propia escena del paso con Santa María Magdalena como protagonista, así mismo en los respiraderos encontramos a los santos sevillanos: San Isidoro y San Leandro y a San Hermenegildo y San Fernando, con todos con sus atributos, báculos, palma, grilletes corona y espada.
En las cartelas laterales de la canastilla, dos escenas de la vida de Santa María Magdalena: "Noli me tangere" y el Lavatorio. Ambas escenas, con la propia que se representa en el paso a los pies del Crucificado, muestran distintos momentos antes de la muerte (Lavatorio), en el mismo instante de la muerte (a los pies) y tras la resurrección de Jesucristo (Noli me tangere), en la que está presente María Magdalena. También en la canastilla centrando las cuatro cartelas a los lados de la principal, encontramos los símbolos de las virtudes cardinales: fortaleza, templanza, prudencia y justicia. Por lo que respecta a la iconografía sacramental, todo el paso es un referente de simbología eucarística, destacando los paños de los respiraderos con especies vegetales que se relacionan con el sacramento de la Eucaristía, como pueda ser el trigo y las uvas.
En el respiradero central delantero aparece el cáliz y en el trasero la cruz de la Redención sobre el corazón llameante. La cartela delantera central de la canastilla muestra la Custodia de la Catedral de Sevilla, flanqueada por dos seises y la cartela trasera, la Inmaculada Concepción enmarcada en un motivo arquitectónico propio del Renacimiento.

Paso procesional de María Santísima de la Hiniesta Dolorosa

Año de ejecución
Los bordados son de distintos años, así el manto y las bambalinas son de 1.906, el techo de palio de 1.936, los faldones de 2.007 y 2.008 y la saya de 1.916. Por lo que respecta a la orfebrería del palio es reciente en la mayoría de sus elementos, así relacionamos los respiraderos, el llamador y jarras entrevarales (2.004), las jarritas delanteras (1.998), los candelabros de cola (2.002), la peana (2.003), el relicario de la Virgen de la Hiniesta (1.997) y los varales (1.995). Sobre la peana de la miniatura (1.998), se sitúa una reproducción de la Virgen de la Hiniesta (1.959), bajo baldaquino (1.986). El Gloria del palio es de 1.985.
Diseño
Juan Manuel Rodríguez Ojeda diseña el conjunto del palio con bordados y orfebrería en 1.905, concluyéndolo al año siguiente, variando el mismo diseñador, las bambalinas de cajón en raso azul bordadas en plata originarias, en palio de figura en los años veinte de la centuria pasada y en los últimos catorce años ha sido renovada toda la orfebrería, bajo diseño del Taller de Orfebrería Hermanos Delgado López, en plata de ley bajo una idea unitaria.
Autores
Los bordados son obra de Juan Manuel Rodríguez Ojeda (bambalinas, manto y saya), Guillermo Carrasquilla Rodríguez (techo de palio), taller de Carrasquilla (toca de sobremanto) y taller de Herederos de Carrasquilla(faldones). La orfebrería es del taller de Orfebrería Delgado López (respiraderos, varales, jarras, jarritas, peana de la miniatura, llamador, candelabros de cola, peana, expositor de la reliquia de la Virgen de la Hiniesta), del taller de Manuel de los Ríos (dos tandas de candelería), del taller de Hijo de Juan Fernández (puñal), Fernando Marmolejo Camargo (Virgen de la Hiniesta de la miniatura) y de Manuel Seco Velasco (corona y templete de la miniatura). La eboraria de la imagen de la Hiniesta de la miniatura fue realizada por José Vázquez Sánchez y la imagen de la Gloria del palio es de José Pérez Delgado.  
Materiales
Los bordados son de plata sobre terciopelo azul con pasamanería en plata (bambalinas, manto y techo de palio), en oro y sedas de colores sobre malla dorada (toca de sobremanto) y en oro sobre terciopelo burdeos (saya). Por lo que respecta a la orfebrería es toda de plata de ley en los distintos elementos que conforman el paso, salvo dos tandas de candelería que son de alpaca plateada. Las carnes de la imagen de la delantera del palio son de marfil y la imagen de la Gloria del techo de palio en madera policromada.
Imágenes
María Santísima de la Hiniesta Dolorosa (1.937), obra de Antonio Castillo Lastrucci. - Flores: Claveles blancos (Año 2011). - Iconografía: Virgen Dolorosa bajo palio.
Preseas
Luce corona de plata sobredorada (1.956) de Manuel Seco Velasco. Puñal de oro de ley (2.008) de Hijo de Juan Fernández. Rosario de oro calado y nombre de oro y diamantes. En su mano izquierda porta una retama de Hiniesta (1.974) obra de Fernando Marmolejo Camargo, de plata, oro y topacio, como símbolo de la su advocación.
Descripción de elementos
El paso sigue los modelos estilísticos del barroco, tanto en bordados como en orfebrería, con profusión decorativa en todos sus elementos. El programa iconográfico gira en torno a elementos mariológicos (letanía lauretana y dogmas marianos) y otros alusivos a la ciudad de Sevilla. Por lo que respecta al primero, vemos reflejo del mismo en piezas de orfebrería como los respiraderos, base y primer tubo del varal, candelería, jarras, donde en distintas zonas aparecen símbolos de de la letanía (estrella, rosa, puerta, pozo, espejo,etc), así como el anagrama de María y cartelas de la heraldica de la Hermandad, como pueden verse en los basamentos de varales, peana y candelería. En lo que respecta al bordado, en el techo de palio cuatro frases alusivas a dogmas de fe y virtudes de la Virgen: Sin pecado concebida, Asumpta a los cielos, La Medianera nuestra y La Madre de Dios. El Gloria representa a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa, rodeada de rosas de Pasión.
La vinculación de la Hiniesta con la ciudad de Sevilla y su Excmo. Ayuntamiento aparecen representados en la cartela frontal de los respiraderos, donde está el escudo de la ciudad y en los basamentos de los candelabros de cola, con el tema de los maceros con los escudos de España y Sevilla. También en los basamentos de los varales y candelería vemos el lema de Sevilla NO&DO.

Insignias destacadas

Cruz de Guía

Realizada en caobilla con apliques de metal plateado, en 1.963. Su autor es Antonio Izquierdo. La Cruz de Guía contiene una pequeña capilla con la imagen de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa. Está flanqueada por dos faroles de caoba y plata, diseñados por Antonio Dubé de Luque y realzados por Antonio Ríos (orfebrería) y Manuel Caballero (madera).

Bandera Azul y Roja

Contiene escudo bordado en oro y sedas de colores por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en 1906, que proviene del primer estandarte que tuvo la Hermandad en el siglo XX. El asta es de caoba y plata, labor esta última realizada por Orfebrería Mallol en 1998.

Simpecado

Realizado en terciopelo burdeos bordado en oro y sedas de colores en el óvalo central, en 1.934. Su autor es Guillermo Carrasquilla Rodríguez. La representación iconográfica es de la Virgen de la Hiniesta vestida de hebrea y reproduce a la imagen que desapareció en el incendio de 1.932. El asta es de metal plateado de 1.967 de Manuel Seco Velasco.

Pendón de la ciudad

Realizado en oro y sedas de colores, en 1.990. Su autor es José Guillermo Carrasquilla Perea. Fue donado por el Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla para que forme parte del cortejo procesional en la tarde del Domingo de Ramos. Tiene asta en caoba y remate en plata de ley con el lema NO&DO.

Guión de la Coronación

Realizado en tisú de plata bordado en oro y sedas de colores, en 1.999. Su autor es José Manuel Elena. Su diseño está conformado por dos elementos de la Coronación Canónica, la medalla y el cartel. Tiene asta en plata de ley rematado por cruz pontificia, realizado en 1.999 por Orfebrería Mallol.

Libro de Reglas

Realizado plata de ley con esmaltes y marfil sobre terciopelo azul, en 1.957. Su autor es Manuel Seco Velasco. Su diseño está centrado por el escudo de la Hermandad y en cada ángulo del libro, cuatro cartelas con marcos mixtilíneos, acogen representaciones de la letanía lauretana. Las vitelas representan por un lado a la Virgen de la Hiniesta Gloriosa y por otro un calvario con el Cristo de la Buena Muerte, Santa María Magdalena y María Santísima de la Hiniesta Dolorosa. La pértiga representa una custodia dentro de una reproducción del baldaquino de la Virgen de la Hiniesta Gloriosa.

Estandarte

Realizado en terciopelo azul bordado en oro y sedas de colores, en 1.967. Su autor es José Guillermo Carrasquilla Perea. Su diseño a modo de cenefa que alterna dos motivos distintos, queda centrado por el escudo corporativo.

Escultórico

Imágenes actuales 

Santísimo Cristo de la Buena Muerte

Antonio Castillo Lastrucci
1937-1938
Imagen de talla completa
Madera de cedro policromada
1,76 m.
Intervenciones: José Pérez Delgado, 1991 (sustitución de la cruz original por una réplica); José Pérez Delgado, 2006 (reposición de espinas perdidas de la corona)
Tomaron, pues, a Jesús, y, cargándole la cruz, salió hacia el lugar llamado Cráneo, en hebreo Gólgota, donde lo crucificaron. Con él crucificaron otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio
Pilato, por su parte, escribió y puso sobre la cruz este rótulo: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos». Muchos judíos leyeron la inscripción, porque donde Cristo fue crucificado era un sitio cercano a la ciudad, y estaba escrito en hebreo, en latín y en griego. Entonces los pontífices de los judíos dijeron a Pilato: «No escribas ‘El Rey de los judíos’, sino que él dijo: ‘Soy Rey de los judíos’». Pilato respondió: «Lo que he escrito, escrito está»” (Juan 19, 17-22).
Según el deseo expresado por los representantes de la hermandad en el contrato de ejecución, firmado el 14 de agosto de 1937, la imagen resulta una evocación de los grandes Crucificados barrocos sevillanos. Castillo Lastrucci hace en el Cristo de la Buena Muerte una serena recreación de las obras de Juan Martínez Montañés y de su discípulo Juan de Mesa. Según Jesús Palomero Páramo, “del Cristo de la Clemencia toma prestada la cabeza y el tronco, del Cristo de la Conversión del Buen Ladrón copia el sudario y del Cristo de la Buena Muerte de la cofradía universitaria recrea las piernas”. Y todo ello a partir del estudio del natural, pues Castillo utilizó como modelo a un empleado de la tienda de muebles Europa, que regentaba su hermano Manuel, llamado Manuel Gómez Lora.
Como el Cristo del círculo de Felipe de Ribas destruido en el incendio de San Julián de 1932 que vino a sustituir, esta imagen representa a Jesús crucificado y muerto, en el intermedio entre la lanzada y el descendimiento. La cabeza, vencida hacia el lado derecho, presenta corona de espinas tallada, añadiéndosele potencias de orfebrería. El rostro responde al modelo ideal de belleza masculina que Castillo va a aplicar a todas sus imágenes cristíferas. La dulce y serena concepción de la cabeza en general, y del rostro en particular, justifica la advocación de la Buena Muerte de Cristo. El sudario se anuda en la cadera derecha y deja al descubierto ese costado. Tres clavos lo fijan a la cruz, que es cilíndrica y arbórea, presentando en la parte superior el “titulus” con la razón de su condena escrita en hebreo, griego y latín. La cruz original, que se encontraba afectada por xilófagos, fue sustituida por una réplica en 1991 realizada por José Pérez Delgado.
 La imagen, que tuvo un costo de 3.500 pesetas, fue bendecida el 3 de abril de 1938 por el vicario Jerónimo Armario y Rosado en la iglesia de San Luis de los Frances, donde se encontraba establecida la hermandad después de los incendios de San Julián y San Marcos. Salió por primera vez el Domingo de Ramos de aquel año desde la iglesia de Nuestra Señora de Consolación (los Terceros), yendo solo en el paso, ya que la figura de la Magdalena no se incorporaría hasta 1944.

Santa María Magdalena

Antonio Castillo Lastrucci
1944
Imagen de talla completa
Madera de cedro estofada y policromada
1,12 m.
Intervenciones: José Pérez Delgado, 1991 (nueva peana y limpieza y reintegración de la policromía)
Estaban en pie junto a la cruz de Jesús su Madre, María de Cleofás, hermana de su madre, y María Magdalena" (Juan 19, 25)
En cabildo celebrado el 18 de febrero de 1944, la comisión gestora que gobernaba la hermandad acordó encargar una imagen de Santa María Magdalena a Antonio Castillo Lastrucci. Se pretendía con ello recuperar el misterio que la cofradía había venido procesionando a lo largo del primer tercio del siglo XX con la santa arrodillada al pie del Cristo de la Buena Muerte. Castillo tuvo que trabajar con gran celeridad, pues la intención de la hermandad era que la imagen se estrenase en la próxima Semana Santa. El 23 de marzo, el vicario aprobó la imagen y autorizó al párroco de San Julián para que la bendijese, saliendo por primera vez a la calle en la tarde del Domingo de Ramos, 2 de abril.
Esta escultura, que tuvo un coste de 7.000 pesetas, ha sido repetidamente considerada como la mejor figura secundaria salida de las gubias de Castillo Lastrucci. Su alta calidad demuestra que es una obra personal del maestro, con un cuidado estudio de la composición, los pliegues de los ropajes y el naturalismo de la expresión llorosa del rostro. Se trata de la única imagen de Santa María Magdalena de la Semana Santa de Sevilla de talla completa, destacando su rico estofado.
La Hiniesta es la única cofradía que ha conservado la escena de la Magdalena sola y arrodillada a los pies del Crucificado, un misterio que fue utilizado por otras hermandades que lo fueron suprimiendo a lo largo del siglo XX.
La hermandad conserva el boceto en barro que sirvió de modelo a Castillo Lastrucci para la ejecución de la imagen.

María Santísima de la Hiniesta Dolorosa

Antonio Castillo Lastrucci
1937
Imagen de candelero
Madera de cedro policromada
1,61
Intervenciones: José Pérez Delgado, 1993 (sustitución del candelero)
Simeón los bendijo y dijo a María, su madre: «He aquí que este niño está destinado para ser caída y resurgimiento de muchos en Israel; será signo de contradicción, y una espada atravesará tu alma, para que sean descubiertos los pensamientos de muchos corazones" (Lucas 2, 34-35)
Esta imagen fue contratada el 14 de agoto de 1937 conjuntamente con el Cristo de la Buena Muerte. Vino a reemplazar a la Virgen de la Hiniesta Dolorosa tallada por Castillo Latrucci en 1933 que se había perdido en el incendio de la parroquia de San Marcos el 18 de julio de 1936. Como en esa primera versión, el modelo de referencia para Castillo fue la primitiva Hiniesta Dolorosa destruida en la quema de San Julián en 1932. De ella tomó la dulzura del llanto, la inclinación de la cabeza hacia el lado derecho y la mirada baja dirigida hacia la derecha.
En la Virgen de la Hiniesta, Castillo fija el modelo de Dolorosa que había iniciado con la Virgen del Dulce Nombre (1924) y que repetirá una y otra vez a lo largo de su carrera. Es la llamada "Dolorosa castiza", la representación de María muy joven, adolescente, según el ideal de belleza de la mujer andaluza soñado por el romanticismo: piel morena y ojos grandes y oscuros. La viveza de la mirada se potencia con el uso de ojos de cristal y pestañas postizas. Cinco lágrimas de cristal recorren las mejillas, dos en la derecha y tres en la izquierda. La boca, pequeña y de labios encarnados, queda entreabierta dejando ver los dientes superiores tallados.
Tuvo un costo de 3.000 pesetas y fue bendecida en septiembre de 1937 en la iglesia de San Luis de los Franceses, donde se encontraba establecida la hermandad tras los incendios de San Julián y San Marcos. Procesionó por vez primera el Domingo de Ramos de 1938 desde la iglesia de Nuestra Señora de Consolación (los Terceros).
La feliz ejecución de esta imagen hizo que numerosas hermandades de toda la geografía española encargaran a Castillo Lastrucci dolorosas que fueran copia de la Hiniesta. El modelo original de escayola que sirvió para la saca de puntos se conserva en una colección particular.

María Santísima de la Hiniesta Gloriosa

Antonio Castillo Lastrucci
1945
Imagen de talla completa
Madera estofada y policromada
1,25 m.
Intervenciones: José Pérez Delgado, 1992 (limpieza y reintegración de policromía).
Y dijo María: «Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se regocija en Dios, mi salvador, porque ha mirado la humilde condición de su sierva. Porque desde ahora me llamarán bienaventurada todas las generaciones»" (Lucas 1, 46-48)
Después de la destrucción de la primitiva Virgen de la Hiniesta Gloriosa, escultura gótica del siglo XIV, en el incendio de la parroquia de San Julián en 1932, se barajó la idea de crear una reproducción en plata que a manera de relicario contuviese los restos calcinados. Esta propuesta fue finalmente desechada y se optó por encargar a Antonio Castillo Lastrucci una réplica tallada en madera que supliese el vacío dejado por el original perdido. La nueva imagen fue bendecida por el párroco de San Julián, Santos Arana, en representación del cardenal Pedro Segura y Sáenz, en la iglesia de San Luis de los Franceses, donde se encontraban establecidas la parroquia y la hermandad, el 9 de septiembre de 1945. Al acto asistieron el Ayuntamiento bajo mazas y una representación de las Hermanas de la Cruz, en recuerdo de la devoción profesada por Santa Ángela a la Virgen de la Hiniesta en su infancia y juventud cuando residió en el barrio.
La actual imagen copia, por tanto, el modelo desaparecido en composición e iconografía, variando en las proporciones (más estilizadas en el original gótico) y en un naturalismo más acusado. Al tratarse de una escultura de talla completa no se la reviste. Sólo en determinadas ocasiones (culto, besamanos o procesión) se le sobrepone un manto. Sí posee una serie de aditamentos que complementan la lectura iconográfica: corona (realeza de María), ráfaga y media luna (Mujer apocalíptica vestida de sol que apoya sus pies sobre la luna), bastón de mando (como alcaldesa perpetua de Sevilla), medalla y llaves de la ciudad (como patrona y protectora de Sevilla) y retama de hiniestas (alusivas a la leyenda de su aparición).
La Virgen de la Hiniesta Gloriosa fue coronada canónicamente por el cardenal José María Bueno Monreal en la catedral de Sevilla el 23 de mayo de 1974.

Inmaculada Concepción

Atribuida a Juan Martínez Montañés y a Alonso Cano
Primer tercio del siglo XVII
Imagen de talla completa
Madera de cedro estofada y policromada
1,41 m.
Intervenciones: Antonio Castillo Lastrucci, hacia 1940 (nuevas manos); Museo de Bellas Artes de Sevilla, 2001 (eliminación de elementos metálicos y limpieza y reintegración de policromía)
Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer revestida del sol, con la luna bajos sus pies y una corona de doce estrellas sobre la cabeza. Estaba encinta, y gritaba con los dolores de parto y las angustias de dar a luz" (Apocalipsis 12, 1-2)
La primera noticia conocida sobre esta imagen data de 1779 cuando fue citada en la correspondencia mantenida entre Antonio Ponz, secretario de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, y el conde del Águila. Según contaba el aristócrata sevillano, la escultura procedía de la parroquia de La Campana y se había colocado poco antes en el nuevo retablo mayor que se había construido en la parroquia de Santa Lucía de Sevilla. Cuando esta iglesia fue clausurada en la revolución de septiembre de 1868, la imagen pasó al vecino templo de San Julián, haciéndose cargo de ella la Hermandad Sacramental. Fue de las pocas piezas que lograron salvarse del incendio de la parroquia en 1932, aunque los daños que sufrió obligaron a su restauración y a la realización de un nuevo juego de manos por Sebastián Santos Rojas.
Su autoría es motivo de controversia. Juan Agustín Ceán Bermúdez la vinculó al quehacer de Alonso Cano, una atribución que ha venido manteniéndose hasta nuestros días. Esta opinión se fundamenta en el hecho de que Cano contrató, el 18 de agosto de 1629, un retablo sobre la vida de la Virgen para la parroquia de La Campana que debía llevar en la hornacina central una imagen de la Inmaculada Concepción. De esta manera, la cronología de la imagen estaría enmarcada entre 1632 y 1634. No obstante, Emilio Gómez Piñol, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, ha propuesto recientemente, por razones estilísticas, su incorporación al catálogo de Juan Martínez Montañés, como en su momento defendiera el conde del Águila. Para Gómez Piñol su fecha de ejecución estaría entre las de otras dos Inmaculadas de Montañés, la de El Pedroso (1606-1608) y la "Cieguecita" de la catedral (1631).
Iconográficamente, responde al modelo típico de la Inmaculada utilizado en los talleres escultóricos y pictóricos barrocos sevillanos: Virgen muy joven, con la cabeza agachada, los ojos entornados y las manos unidas en gesto de recogimiento y oración. Apoya los pies sobre una luna creciente soportada por dos querubines.

Piedad de Nuestra Señora

Antonio Castillo Lastrucci
1949
Imagen de talla completa
Madera estofada y policromada
1,17 m. de alto x 1,62 m. de ancho
Intervenciones: José Pérez Delgado, 1994 (estofado y policromía nuevos)
Vosotros todos, los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta" (Lamentaciones 1, 12)
Grupo escultórico en el que se representa a María sosteniendo en su regazo el cuerpo muerto de Jesús al pie de la cruz, un pasaje que no aparece mencionado en los Evangelios pero que ha tenido un extenso desarrollo artístico desde los tiempos medievales por la fuerte carga emocional que comporta el lamento de la Madre que abraza el cadáver del Hijo.
Castillo Lastrucci realizó esta obra por iniciativa propia, sin mediar encargo alguno, y siempre le tuvo un especial afecto, no queriendo nunca desprenderse de ella, guardándola en su despacho hasta su muerte. Posteriormente, la familia Castillo la depositó en la iglesia de San Sebastián de San Nicolás del Puerto. Allí no se conservó en las mejores condiciones, lo que obligó al discípulo del maestro, José Pérez Delgado, a estofarla y policromarla de nuevo. Esta intervención se realizó con motivo del acuerdo de cesión que la familia hizo con la parroquia de San Julián y la Hermandad de la Hiniesta para que la Piedad rematase el monumento funerario de Antonio Castillo Lastrucci construido en dicha iglesia, en el que los restos del escultor fueron inhumados el 9 de noviembre de 1995.
La cruz al pie de la cual se sitúa la Piedad es la antigua del Cristo de la Buena Muerte, realizada por el propio Castillo Lastrucci en 1938.
La Piedad de Nuestra Señora fue incorporada al título de la hermandad en las reglas aprobadas en 2004.

Imágenes desaparecidas

María Santísima de la Hiniesta Gloriosa

Autor anónimo
Hacia 1330-1380
Imagen de talla completa
Madera de alerce estofada y policromada
1,26 m.
Intervenciones: Manuel Delgado Brackembury, 1912 (eliminación de los brazos articulados, reposición de la mano derecha y reintegración de policromía)
Desaparecida en 1932
Estando desposada María, su madre, con José, antes de que convivieran se encontró encinta por virtud del Espíritu Santo. José, su marido, siendo justo y no queriendo denunciarla, resolvió dejarla ocultamente. Estaba pensando en esto, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueño y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir contigo a María, tu mujer, pues su concepción es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliese lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «He aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa Dios con nosotros»" (Mateo 1, 18-23)
Es la imagen que dio origen a la devoción de la Hiniesta y su hermandad. Según la leyenda, se remontaba a los tiempos apostólicos y fue encontrada por Per de Tous entre unas retamas (hiniestas) en tierras de Cataluña en torno a 1380. El historiador José Gestoso, teniendo presente el origen de la familia Tous, consideró factible la procedencia catalana de la imagen, llegando incluso a señalar rasgos de influencia italiana, circunstancia característica de la estatuaria gótica levantina, y la fechó en la primera mitad del siglo XIV. Posteriormente, el historiador del arte José Hernández Díaz buscó una mayor precisión cronológica y, por el tipo de vestimenta que presentaba, sobre todo por la forma del cuello que crea el manto, que no llega a desnudar los hombros, la consideró posterior a 1330, lo que delimitaría un arco temporal de medio siglo para su creación hasta 1380.
Como otras imágenes devocionales, no escapó a la moda de recubrir esculturas de talla completa con ropas y otros aditamentos de orfebrería. Para ello se le colocaron brazos articulados, lo que obligó a aserrarle los hombros y la mano derecha. Se le debió dotar también de un candelero que aumentase su altura, de modo que quedase proporcionada a las dimensiones de los brazos, y facilitase la colocación de la saya.
En 1912, a instancias del marqués de la Granja, fue restaurada por Manuel Delgado Brackembury, auxiliado por el pintor Santiago Martínez. Se le retiraron los brazos articulados y se le repuso la mano derecha, a la que se le añadió una manzana postiza en sustitución de un antiguo atributo perdido.
La Virgen de la Hiniesta Gloriosa respondía al modelo iconográfico de la "Hodigitria" de procedencia bizantina característico del Gótico, es decir, la Virgen conductora que porta al Niño Jesús en brazos. Éste agarraba en la mano izquierda un pequeño pájaro como representación del alma humana que busca amparo en Cristo. La manzana añadida en la mano derecha de la Virgen en la restauración de 1912 aludía a la misión Corredentora de María, una nueva Eva que, junto a su Hijo, supera el pecado conduciendo al hombre por el camino de la salvación.
La imagen fue destruida en el incendio de la iglesia de San Julián el 8 de abril de 1932. Sus restos calcinados se custodian en una hornacina en el camarín del retablo mayor de la parroquia.

Santísimo Cristo de la Buena Muerte

Felipe de Ribas
1640-1650
Imagen de talla completa
Madera policromada
Medidas desconocidas
Desaparecido en 1932
Procurad tener los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús, el cual, teniendo la naturaleza gloriosa de Dios, no consideró como codiciable tesoro el mantenerse igual a Dios, sino que se anonadó a sí mismo tomando la naturaleza de siervo, haciéndose semejante a los hombres; y en su condición de hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (Filipenses 2, 5-8)
Se ignora cuál fue la imagen de Cristo que pudo utilizar la cofradía en las estaciones de penitencia de los siglos XVI y XVII. Tras la reorganización de 1879, se sacó en Semana Santa un Crucificado que había en un retablo en la nave de la Epístola de la parroquia de San Julián que, al estar realizado en pasta, se vio pronto afectado por la lluvia. En su lugar, se pidió anualmente al marqués de la Granja, patrono de la capilla mayor, la cesión del Crucificado del remate del retablo, que era de madera y de mayor calidad artística.
Consta documentalmente que el retablo mayor de San Julián fue contratado por el tallista y escultor Felipe de Ribas el 25 de octubre de 1640. Cuando José Hernández Díaz dio a conocer esta noticia en 1928, atribuyó a Ribas el Crucificado del remate. No obstante, María Teresa Dabrio, autora de una monografía sobre el taller de este maestro cordobés, duda de que la imagen fuera suya porque en el contrato no se menciona y porque era blanda de factura, lo que le ha llevado a sugerir la autoría de algún imaginero de su círculo, quizás tras la muerte de Felipe de Ribas en 1648.
Esta imagen respondía al modelo característico del Barroco sevillano: Cristo muerto fijado a cruz arbórea con tres clavos, estando el pie derecho montado sobre el izquierdo; la cabeza caía sobre el hombro derecho, con corona de espinas postiza; herida de la lanzada en el costado derecho; y paño de pureza tallado sujeto con cuerda y nudo en la cadera derecha que quedaba parcialmente desnuda.
Tanto el Crucificado de pasta como el Cristo que remataba el retablo mayor fueron destruidos en el incendio de la iglesia de San Julián el 8 de abril de 1932. Los restos calcinados del segundo se custodian en una hornacina en el camarín del retablo mayor de la parroquia.

María Santísima de la Hiniesta Dolorosa

Autor anónimo
Siglos XVI-XVII
Imagen de candelero
Madera policromada
Medidas desconocidas
Desaparecida en 1932
¡Toda hermosa eres amada mía, no hay tacha alguna en ti!" (Cantar de los Cantares 4, 7)
Imagen de proverbial belleza, cuyo recuerdo permanece aún vivo en el imaginario colectivo de los cofrades sevillanos ochenta años después de su desaparición. Destruida en el incendio de la parroquia de San Julián el 8 de abril de 1932, sus restos calcinados fueron de nuevo pasto de las llamas el 18 de julio de 1936 en la quema de San Marcos, en cuya sacristía se custodiaban. Sólo se conserva un fragmento de la mejilla en un relicario que va a los pies de la actual Dolorosa en su paso el Domingo de Ramos.
La autoría de esta imagen es desconocida, aunque de manera sistemática se viene atribuyendo a Juan Martínez Montañés sin fundamento alguno. Francisco Murillo Herrera, fundador del Laboratorio de Arte de la Universidad de Sevilla, la atribuyó en cierta ocasión, de manera oral, a Alonso Cano.
La única referencia documental conocida de una talla mariana para la hermandad es el contrato suscrito por Gaspar del Águila y Juan de Oviedo el Viejo el 5 de junio de 1583 para construir un retablo, en cuyo tabernáculo principal habría de ir una imagen de la Virgen de siete palmos (1,46 m.) "hecha de todo relieve". Celestino López Martínez planteó la posibilidad de que la Virgen de la Hiniesta atribuida tradicionalmente a Martínez Montañés fuese la realizada por Gaspar del Águila y Juan de Oviedo. José Hernández Díaz puso en duda tal identificación al advertir que la contratada en 1583 era de "todo relieve", es decir, tallada en totalidad, cuando la imagen de la que tratamos era de candelero para vestir.
Esta imagen fue vestida por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, quien ensayó en ella sus geniales y revolucionarias fórmulas para el atavío de las Dolorosas. La Hiniesta fue la primera Virgen en ser vestida de hebrea, costumbre hoy universalizada en época de cuaresma no sólo en Sevilla sino en numerosos lugares de España.

María Santísima de la Hiniesta Dolorosa

Antonio Castillo Lastrucci
1933
Imagen de candelero
Madera policromada
Medidas desconocidas
Desaparecida en 1936
Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo que él amaba, dijo a su madre: «Mujer, he ahí tu hijo». Luego dijo al discípulo: «He ahí a tu madre». Y desde aquel momento el discípulo la recibió consigo" (Juan 19, 26-27)
La Hermandad de la Hiniesta perdió todas sus imágenes en el incendio de la parroquia de San Julián el 8 de abril de 1932. La desaparición del libro de actas de aquellas fechas impide conocer con exactitud el proceso emprendido para reemplazarlas, pero parece que se comenzó con la Dolorosa. Se desconoce si se convocó un concurso o si se contactó individualmente con varios imagineros, pero lo cierto es que se conservan cuatro fotografías con anotaciones en el reverso que informan que se tratan de réplicas de la desaparecida Virgen de la Hiniesta Dolorosa realizadas por José Merino Román (octubre de 1932), Antonio Bidón Villar (marzo de 1933), Cayetano González Gómez (1933) y Antonio Castillo Lastrucci (1933). La elegida fue la de Castillo Lastrucci tras algún tipo de retoque. Fue bendecida por el cardenal Eustaquio Ilundáin el 10 de septiembre de 1933 en la parroquia de San Marcos, donde se encontraba establecida la hermandad tras la destrucción de San Julián.
Esta imagen procesionó los Domingos de Ramos de 1935, bajo palio, y 1936, al pie de un Crucificado cedido por la Hermandad de la Lanzada en el único paso que se sacó la cofradía aquel año. Desapareció en el incendio de la parroquia de San Marcos el 18 de julio de 1936.

Imágenes del paso del Calvario: San Juan Evangelista, Santa María Magdalena, Santa María Cleofás, Santa María Salomé, José de Arimatea y Nicodemo

Autor anónimo
Década de 1880
Imágenes de candelero
Madera policromada
Medidas desconocidas
Desaparecidas
Pero Jesús, lanzando un gran grito, expiró. Y el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo. El centurión situado frente a él, al verlo expirar así, exclamó: «Verdaderamente era Hijo de Dios». Había también unas mujeres mirando desde lejos. Entre ellas María Magdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé, las cuales, desde cuando estaba Jesús en Galilea, lo acompañaban y lo servían, y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén"
Llegada ya la tarde, como era la preparación de la pascua, es decir, la víspera del sábado, José el de Arimatea, insigne miembro del Sanedrín, que esperaba también el reino de Dios, se atrevió a ir a Pilato a pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato se admiró de que ya hubiese muerto y, llamado al centurión, le preguntó si había muerto ya. Al saberlo por el centurión, concedió el cadáver a José. Compró una sábana, lo bajó de la cruz, lo envolvió en la sábana y lo depositó en un sepulcro que estaba cavado en la piedra e hizo rodar una losa a la puerta del sepulcro. María Magdalena y María la madre de José estuvieron mirando dónde lo ponían" (Marcos 15, 37-47).
En 1881, la cofradía de la Hiniesta volvió a hacer estación de penitencia después de más de dos siglos. Salió en la tarde del Lunes Santo, por la lluvia caída el Domingo de Ramos, con un solo paso en el que figuraban el Crucificado, la Virgen y San Juan. Con este paso con la iconografía del Calvario y la Virgen de la Hiniesta al pie de la cruz procesionó en todas las salidas de finales del siglo XIX, pues el paso de palio no se crearía hasta 1906. Al conjunto original de tres imágenes se incorporaron después las figuras de Santa María Magdalena, las dos Santas Mujeres y los dos Santos Varones, representándose el momento previo al descendimiento del cuerpo muerto de Jesús, con las escaleras apoyadas en el travesaño de la cruz.
Se desconoce la autoría de las imágenes de este misterio, que eran de candelero y se vestían con túnicas de terciopelo con bordados de oro en estilo gótico. Las imágenes de la Magdalena y los Santos Varones se estrenaron en 1886.
Cuando la cofradía reanudó la estación de penitencia a partir de 1906 se desmontó la escena del Calvario al pasar la Virgen al paso de palio. Sólo se mantuvo, a partir de 1909, la figura de la Magdalena al pie del Crucificado. Se ignora el paradero de estas imágenes.

Imágenes del paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz: Fe, Esperanza, Caridad, San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan

Manuel Pérez Gisbert
1906
Imágenes de candelero
Madera policromada
Medidas desconocidas
Desaparecidas
Porque el lenguaje de la cruz es locura para los que perecen; mas para nosotros, que nos salvamos, es poder de Dios. Pues está escrito: «Inutilizaré la sabiduría de los sabios y anularé la inteligencia de los inteligentes». ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el escriba? ¿Dónde el investigador de este mundo? ¿No aconteció Dios la sabiduría del mundo? Ya que el mundo por la propia sabiduría no reconoció a Dios en la sabiduría divina, quiso Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. Porque los judíos piden milagros, y los griegos buscan la sabiduría; mas nosotros predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero poder y sabiduría de Dios para los llamados, judíos o griegos. Pues la locura de Dios es más sabia que los hombres; y la debilidad de Dios, más fuerte que los hombres" (I Corintios 1, 18-25)
La cofradía estrenó el Miércoles Santo de 1885 un paso alegórico del Triunfo de la Santa Cruz, aunque en algunos documentos de la época también se le menciona como del Triunfo de la Fe. La cruz aparecía sobre una palmera, símbolo de victoria, a cuyo pie se encontraban, sobre un trono de nubes, las Virtudes brotadas en el sacrificio del Calvario: la Fe, la Esperanza y la Caridad. Delante de ellas, los cuatro Evangelistas en actitud de recibir la inspiración para consignar en sus escritos el mandato y la práctica de las virtudes teologales. Se ignora la autoría de este misterio decimonónico, tan solo conocemos el dato de que en 1886 se estrenaron las imágenes de los Evangelistas.
Cuando la cofradía reanudó sus salidas procesionales en 1906 se estrenó un nuevo misterio realizado por Manuel Pérez Gisbert con la misma composición y las mismas figuras que el primitivo. Por las fotografías conservadas, se observa que se trataba de imágenes de candelero vestidas con telas naturales. Este misterio procesionó hasta 1910. En 1912, el paso se vendió a la Hermandad de los Negritos para que lo utilizara en su salida procesional el Cristo de la Fundación, desconociéndose la suerte de las siete imágenes.
El Triunfo de la Santa Cruz se incorporó al título y la heráldica de la hermandad, como recuerda el escudo que adorna la bandera cruzada azul y roja que actualmente forma parte del cortejo del Cristo de la Buena Muerte.

Marchas procesionales

Para Bandas de Cornetas y Tambores

"Llora la Hiniesta". (1990-1996). Francisco Martínez Pérez.
"Mi Señor de San Julián". (2005). Manuel Amador Infantes.

Para Agrupaciones Musicales

"Ante ti, mi Cristo". (1995-1999). Juan Núñez.
"Buena Muerte en la Cruz". (2008). Germán García González.
"Buena Muerte en San Julián". (1995-1998). Francisco Javier González Rios/ Rafael Soto Reyes.
"Costalero de San Julián". (1999). Manuel Rodríguez Ruiz.
"Cristo de la Buena Muerte". (1960-1970). José Martín Martín.
"Cristo de San Julián". (1985). Manuel Rodríguez Ruiz.
"De San Julián al cielo". (2000). Germán García González.
"Flores de Hiniesta". (2003). Vicente García Rodríguez.
"Jesús, tu Buena Muerte". (fecha desconocida). Francisco Arnáiz González.
"La Buena Muerte de Cristo". (1997). Manuel Rodríguez Ruiz.
"Magdalena bendita". (1995). Manuel Rodríguez Ruiz.
"Plegaria al Stmo. Cristo de la Buena Muerte". (2000-2002). Manuel Rodríguez Ruiz.
"Suspiros de San Julián". (2007). Manuel Rodríguez Ruiz.
"Virgen de la Hiniesta". (1985-1990). Antonio Gallego Díaz.
"XXV Aniversario". (2000). Manuel Rodríguez Ruiz.

Para Bandas de Música

"La Estrella Sublime". (1925). Manuel López Farfán.
"Hiniesta". (1945). José Martínez Peralto.
"Cristo de la Buena Muerte". (1946). José Martínez Peralto.
"Nuestra Señora de la Hiniesta". (1952). José Martínez Peralto.
"Hiniesta Coronada". (1974). José Albero Francés.
"María Santísima de la Hiniesta". (1997). José Manuel Delgado Rodríguez.
"Madre Hiniesta". (1997). Manuel Marvizón Carvallo.
"Azul y plata". (1997). Manuel Marvizón Carvallo.
"Saeta desde el suelo". (1997). Manuel Rodríguez Pedrinazzi.
"Buena Muerte en San Julián". (1998). José Albero Francés.
"Hiniesta Inmaculada". (2000). Javier Alonso Barba.
"Hiniesta, Patrona y Bienhechora". (2001). Javier Alonso Barba.
"Hiniesta Madre sevillana". (2001). Manuel Jesús Navarro Sánchez.
"Hiniesta de San Julián". (2001). Pedro Morales Muñoz.
"Coronada de Hiniestas". (2002). Francisco Arnáiz González.
"Pétalos para la Hiniesta". (2003). Carlos Llano Picón.
"Hiniesta Soberana". (2003). Juan Antonio Barros Jódar.
"Hiniesta, Flor de Retama". (2003). José Antonio López Camacho.
"Entre varales". (2010). Bruno Marvizón Carvallo.
"Hiniesta de Sevilla". (2011). Manuel Cabalgante Ortiz.
"Lágrimas de Hiniesta". (2011). Jacinto Manuel Rojas Guisado.
"Virgen de la Hiniesta". (2012). Jesús Joaquín Espinosa de los Monteros Pérez.

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