domingo, 16 de agosto de 2015

Andres luque defiende a la hermandad del sol

Pocas personas como este profesor universitario están poniendo el dedo sobre la llaga a través de la que se desangran muchos aspectos de la Semana Santa. Y la diferencia es que lo hace desde la erudición y el conocimiento, y no desde la pasión. Autor de numerosos libros y estudios, está convencido de que la celebración vive en decadencia pero que hay hitos que la devuelven a su esplendor. Por ejemplo la hermandad del Sol. Cuestionada en su estética y en más cosas, Andrés Luque considera que ha sido el revulsivo para que comiencen a recuperarse aspectos de la mejor Semana Santa. «El Sol -asegura-  recupera una imagen perdida. Se le acusa de ser una cofradía de diseño, pero los armaos, los símbolos concepcionistas del Silencio o el romanticismo de Montserrat también son diseño. Nos hemos acostumbrado a unos prototipos, lo que se salga del estilo de la Macarena la Esperanza de Triana o el Gran Poder no se comprende. Y aunque tenga que cambiar cosas y también tener más nazarenos, el Sol me parece muy interesante.» Y no solo eso. Andrés Luque cree que la llegada de esta cofradía provocó una reacción que ha permitido remontar en el terreno estético: «Grande de León va a vestir a la Soledad como nunca, Paleteiro pone a la del Rosario que quita el sentido,Javier Hernández a la Esperanza de Triana le está sacando un partido extraordinario y Antonio Bejaranotiene una categoría artística máxima. No solo reproducen modelos antiguos sino que dan pasos al frente. Y también ha ocurrido lo impensable; hemos visto al Gran Poder y a Pasión con las túnicas bordadas. El Sol ha sido un revulsivo para la Semana Santa de Sevilla.»

Gracias a Andrés Luque se ha abierto una corriente crítica con  los criterios estéticos predominantes que también son los que se exportan. En su opinión, tras la guerra se inicia la decadencia que adquiere su máxima expresión en los años 50 y 60. «Lo peor -indica- es que se empiezan a perder los significados. La música se viene abajo. Con las flores pasa lo mismo, se pierde la variedad. Y en la imaginería, teniendo aquí grandes artistas como Illanes, Vasallo, Echegoyan, Pérez Comendador o Sánchez Cid se le encarga a todo a Castillo porque era más barato.  Hay un sentido reduccionista en todo, se empieza a perder el concepto». Eso llega hasta hoy. «En Sevilla -dice- hay un palio otomano. Eso está fuera de fundamento porque los significados son lo esencial de la celebración. Va la Virgen con dos pavos reales que son el símbolo de la codicia y el pecado.  Que dicen que son aves del paraíso. Pues yo me disculpo. No sabía que María era musulmana.»

Cree que el diseño cofradiero se ha adocenado mucho «aunque está -comenta-  Javier Sánchez de los Reyes que es magnífico y. Sergio Cornejo que también me parece muy bueno».Al margen de los imagineros consagrados cree que de los más jóvenes, Darío Fernández, José María Leal y Fernando Aguado están haciendo las mejores aportaciones. Le horroriza la masificación de los palios con tanta cera; por eso considera que las vírgenes que mejor se ven son la de las Tristezas y la del Mayor Dolor de la Carretería. En resumen Andrés Luque es una voz que clama en el desierto de la globalización para que la estética de la Semana Santa recupere su significación y fundamentos, sin los cuales lo que se hace sería solo teatro.

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