Cuenta la leyenda que cuando los cruzados tomaron Tierra Santa, empezaron a llevar hacia Italia materiales para construir una casa a imitación de lo que pudo ser el hogar donde vivió Jesús durante 30 años de su vida, en Nazaret. Fue allí donde el arcángel San Gabriel visitó en la Anunciación a la Virgen. Aquel lugar era un centro de peregrinación para los primeros cristianos, por lo que cuando los sarracenos conquistaron Tierra Santa, persiguieron todo aquello que oliera a Cristianismo… hasta que llegaron a Nazaret. La Casa de Jesús no tenía defensa alguna. De este modo, aquella casa, inexplicablemente, acabó en un lugar de Italia, en un bosque repleto de laureles… Aquel sitio era conocido, en latín, comoLauretum. Era el año 1291, y se dice queunos ángeles llamados por Dios se llevaron volando la morada del Señor para protegerla y que acabara en un lugar seguro, por el único medio por el que sería inalcanzable: el aire. Era 12 de mayo de aquel año de 1291, y según la leyenda, los ángeles trasladaron la casa hasta un lugar llamado Tersatto, en laactual Croacia. Cuando los vecinos de esta pequeña aldea salieron y comprobaron qué hacía allí, de repente, una casa, entraron y comprobaron que dentro había un altar, con una imagen de la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos. De este modo, días más tarde, la Virgen se le apareció a un habitante de aquella localidad y le dijo… «la casa que recientemente fue traída aquí es la misma donde yo nací y crecí y aquí mismo fue donde yo concebí al Hijo del Hombre, donde el Verbo se hizo carne». Aquel hombre difundió aquella aparición y se convirtió en un lugar de peregrinación. Sin embargo, tres años después, un 10 de diciembre de 1294, la casa desapareció. Fue entonces cuando unos pastores italianos, la vieron sobrevolando el mar, portada por los ángeles hasta un lugar llamado Banderuola, donde se volvió a convertir en un centro de peregrinación. Sin embargo, aquel lugar no era seguro para los peregrinos, que soportaban continuos asaltos, por lo que volvió a ser trasladada, esta vez a una finca, desde la que, por tercera vez, partió volandohasta el lugar donde ahora se encuentra: Lauretum. Al principio, los habitantes de aquel sitio no conocían la historia de la casa, pero dos años más tarde, y tras haberse producido numerosos milagros en torno a ella, la Virgen volvió a aparecerse a un lugareño, explicándole toda la historia de aquella casa. Este hombre, llamado Pablo, comentó aquello a los habitantes del pueblo, que comenzaron a recorrer los sitios donde presumiblemente estuvo aquella casa: era cierto, estuvo en todos esos lugares. Coincidía en colores, medidas y descripciones: no cabía la menor duda, erala Casa del Señor. Nuevamente, a la casacomenzaron a acudir miles de peregrinos,convirtiéndose en uno de los lugares más sagrados del mundo. Pero los milagros no terminaron ahí. Cuando el Papa Clemente VII mandó a modificar la estructura de las puertas de la morada del Señor, al arquitecto que iba a ejecutar la obra, se le lesionó la mano y, asustado, se fue de aquel lugar y nunca nadie se atrevió a completar el trabajo hasta que un clérigo se postró y solicitó a la Virgen que le diera permiso para terminar aquel mandato del Papa. Finalmente pudo hacerlo. Además, hay otra leyenda como el milagro del obispo que se llevó una piedra para construir en Portugal una iglesia. Con permiso del Papa, mandó a su secretario a por la piedra pero, cuando regresó con ella, se encontró al obispo muerto. Una de las hermanas del lugar recibió un mensaje de la Virgen: «para que el obispo se vuelva a la vida, debe llevar esa piedra al lugar donde se la llevó». Así, cuando fue llevada de nuevo hacia Lauretum, el obispo sanó. Por ello, desde entonces, está terminantemente prohibidollevarse algo de la casa bajo amenaza de excomunión. Es la historia del origen de una advocación. Aquel lugar, Lauretum, ha llegado hasta nuestros días como Loreto, que significa bosque de laurel. De esta forma, y por sus continuos traslados por el aire, a la Virgen de Loreto se le nombrópatrona de Aviación. Hoy, San Isidoro guarda un pedazo de la historia de aquella casa, donde vivió el Señor con su madre, y cada Viernes Santo lo convierte en la Domus Áurea, la Casa de Oro, que da cobijo a una de las más bellas leyendas del Cristianismo
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