lunes, 8 de diciembre de 2014

La Inmaculada y las cofradías hispalenses

La Inmaculada Concepción de María y la ciudad de Sevilla tienen una larga historia en común. Ésta se pierde en el tiempo e incluso mucho antes que se proclamara su Dogma en el año 1854, existían hermandades en Sevilla que lo proclamaban antes que Roma. Es la corporación del Silencio la clara referencia de la ciudad en esta temática, aunque se puede percibir en distintos ámbitos cofrades.   Existen varias cofradías de la ciudad que tienen entre sus titulares a la Inmaculada Concepción de María en sus distintas denominaciones (Pura y Limpia, Inmaculada, Concepción, Milagrosa, etc..). Muchas de ellas procedentes de las antiguas corporaciones sacramentales y fruto actual de fusiones entre hermandades de distinto carácter. Las siguientes hermandades tienen entre sus titulares a la mencionada advocación: San José Obrero, Hiniesta, San Roque, Santa Genoveva, Santa Marta, La Sed ( su sede además es la Concepción) , San Bernardo, La Lanzada, Exaltación, Silencio, Esperanza de Triana, Trinidad, y Divino Perdón del Parque Alcosa. En glorias, la Pura y Limpia del Postigo, que incluso tiene a su titular gloriosa coronada canónicamente desde el año 2000. Entre las sacramentales denominadas “puras” se pueden citar la de Santa María Magdalena o San Ildefonso.   Todas estas corporaciones y algunas más celebran en torno al día 8 de diciembre, solemnes cultos en honor a la Inmaculada Concepción. Esta fecha supone el mayor exponente cultual en honor de la Virgen María en todo el calendario litúrgico en la mariana ciudad de Sevilla, según reza en su escudo.   También en los cortejos procesionales de las cofradías sevillanas, tanto de carácter penitencial, sacramental o de gloria se puede apreciar varias insignias de tramos con referencia Inmaculista. Así, se puede contemplar Simpecados en la gran mayoría de las procesiones hispalenses, muchos de ellos de gran valía artística y con una tradición muy arraigada entre las propias cofradías. El Simpecado, es excluyente en los cultos, tanto internos como externos, con el Sinelabe, que representan lo mismo aunque con una tipología estética diferente. Cofradías como La Carretería, Montserrat, Soledad de San Buenaventura, Quinta Angustia o Montesión tiene esta última insignia en su patrimonio. La bandera, guión o banderín concepcionista, normalmente en soporte de tonalidad celeste, son tres tipos de insignias que forman parte de la mayoría de los diferentes cortejos y que se incluyen en tramos de “virgen” en la hermandad de penitencia.   La hermandad del Silencio, está plagada de simbología concepcionista en su estética procesional. La bandera blanca está flanqueada del cirio votivo (con una pintura de la Inmaculada) y de la una espada, que representan la defensa a ultranza del misterio de la Inmaculada Concepción. Es una singularidad de esta corporación, al igual, que el Guión Romano, que proclama la fecha de la definición dogmática, el 8 de diciembre de 1854. La Virgen de la Concepción del Silencio ha realizado tres salidas extraordinarias, 1904, 1954 y 2004, para conmemorar los cincuenta, cien y ciento cincuenta aniversarios de aquel histórico día. Su paso de palio va exornado con azahar que representa la pureza virginal de la Madre de Dios, otro símbolo.   Esta hermandad del Silencio el 29 de septiembre de 1615 celebra un cabildo general, al que asisten 136 cofrades en el que se llevó a efecto “por primera vez en el mundo” el juramento de defender hasta morir el misterio de la Concepción Inmaculada de la Santísima Virgen María desde el primer instante de su ser.   Los Negritos es otra cofradía que tiene una clara referencia concepcionista en su túnica nazarena por este motivo portan un escapulario azul. Este color se une por la Inmaculada a la cofradía desde el año 1615. En el año 1653 por un desacato contra la Inmaculada dos negros libres de esta hermandad perdieron voluntariamente su libertad para costear una fiesta de desagravio a la Virgen.   También existen cofradías con la imagen de la Inmaculada Concepción tallada, bordada o cincelada en determinados pasos procesionales. Se puede ver por ejemplo al contemplar el paso de la Virgen de Guadalupe en las caídas de su paso de palio, concretamente, está bordada la imagen que preside la Plaza del Triunfo de Sevilla, en los respiraderos del paso de la Virgen de la Esperanza de la Trinidad o en el paso de la Esperanza de Triana en bella talla de plata y marfil en la calle de la candelería de estas andas.

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