jueves, 7 de abril de 2016

Reflexion de pedro martin sobre la manera de andar los pasos en salamanca


Pensé por un momento que estaba en la calle Pureza, pues aquello parecía realmente el caballo de Triana, sobre los pies, sobre los pies, de costero a costero incluso y arrancada con el izquierdo por delante. Pero no, estaba en Salamanca. Y yo que pensaba que aquí el único paso que se cargaba a costal era el de Jesús Despojado… pero resulta que debe de haber más y no me he enterado.

Lo curioso es que este último, aun yendo a costal, que puede gustar o no, no engaña a nadie y anda como tiene que andar un paso que se carga de dicha forma, con momentos más reposados sobre los pies y algún cambio con las marchas, no demasiados, el resto del tiempo, andando de frente.

En el lado opuesto tenemos un buen número de pasos que andan "como toda la vida", es decir, caminando con el compás de la pisada más o menos abierto y más o menos fuerte, según la tradición o costumbre de cada uno, y manteniendo el estilo de los pasos que se llevan a hombros en nuestra ciudad,

Y por último está el grupo de esta especie de quiero y no puedo que se inició ya hace unos años y que parece que va a más, pues la excepción ya no es tal. Son los pasos cargados a hombros que poco a poco han ido cambiando su forma de caminar e "intentan andar" como si fueran cargados a costal. Cada año hay un nuevo paso infectado por este virus, que parece contagioso y que no sé si podremos parar.

¿Es este el estilo que queremos para nuestra Semana Santa y para el andar de nuestros pasos? ¿Esta es nuestra nueva identidad? No entiendo nada. No sé de donde viene esta moda, quién la inició y con qué objetivo; tampoco quién la auspicia, la fomenta, la permite o la sufre en cada uno de los pasos, pero no le veo la lógica.

Ahí lo dejo para la reflexión. Creo que nos estamos engañando a nosotros mismos., ¿Veremos una trasformación masiva de los pasos que ahora van a hombros a costal en los próximos años? Con todos los respetos, creo que algunas hermandades perderían su esencia por completo y van camino de ello. ¿Recuperaremos nuestra forma característica de andar y dejaremos de hacer experimentos con estas cosas? De ello saldrá la Semana Santa que heredarán nuestros hijos, pues indudablemente la nuestra está en transformación y las malas copias, sean de donde sean, nunca son recomendables. Siempre gusta más lo original

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