jueves, 7 de abril de 2016

Comunicado de la junta de gobierno del la hermandad del cerro del aguila

Los días que Sevilla nos deja respirar entre el capirote y los farolillos son días de balance y reflexión de lo vivido durante la Semana Santa. Con la alegría de la Pascua de Resurrección, son días para echar la vista atrás y analizar todo lo acontecido, profundizando en el fruto espiritual que cada año nos aporta la estación de penitencia y extrayendo los puntos de mejora para continuar trabajando en el día a día de nuestra Hermandad y hacer de ella una corporación cada vez más grande.
Este Martes Santo será difícil de olvidar. El júbilo de la mañana, el tesón del mediodía y el desgarro de la tarde, en la que el manto de nuestra bendita Madre la Virgen de los Dolores cubrió a su cofradía entera desde la cruz de guía hasta el último devoto tras su paso, para caminar valiente desafiando a los grises nubarrones con truenos en derredor, sin que apenas cayeran unas pocas gotas de agua… Echar la vista atrás este 2016 es descubrir, un año más, una cofradía en la que sus hermanos volvieron a ser para nosotros el mejor y más encomiable ejemplo de fe y de amor por sus benditos Titulares, siendo plenamente conscientes de por qué están ahí cada Martes Santo en su Cofradía. También un año más en el que,  como dictan nuestras Reglas, se hizo estación de penitencia a la S.I. Catedral y allí fueron rezadas las oraciones previstas… aunque, tristemente, allí tuvieran que quedarse el Santísimo Cristo del Desamparo y Abandono y Nuestra Señora de los Dolores cuando definitivamente se decantó la tarde por la borrasca de primavera.
Dentro de este anual balance, son sus anónimos hermanos nazarenos quienes más protagonismo cobraron una vez más por su esfuerzo, su absoluto respeto, su paciencia y, sobre todo, su inmensa devoción al Señor y su Madre. Fuese cual fuese su edad, que fue entrañable la resistencia a marcharse de tantos y tantos de nuestros cientos de pequeños nazarenos y monaguillos cuando fue suspendida nuestra estación de penitencia… que allí no querían dejar al Señor y a laVirgen aunque fuesen de la mano de sus padres. No nos cansaremos nunca de daros las gracias; si nuestra querida Hermandad crece es, sin duda alguna, gracias a todos vosotros, el principal patrimonio de una corporación que un año más quiere expresaros su mayor afecto y reconocimiento ante tan difíciles circunstancias como las vividas este Martes Santo.
Gracias a las cuadrillas de hermanos costaleros de ambos pasos y a vuestros equipos de capataces y contraguías… lo que hicisteis el pasado Martes Santofue inenarrable y no hay mayor muestra de compromiso con vuestros Titulares y vuestra Hermandad; y también por vuestra disposición y entrega en el traslado de regreso la mañana del Jueves Santo. Sinceramente, gracias.
Gracias a todos los diputados de tramo, siempre diligentes y dispuestos en una estación de penitencia tan complicada y llena de incertidumbre conforme avanzaba la jornada. A todos os quedará siempre la satisfacción del gran trabajo realizado en unas circunstancias nunca antes vividas en la historia denuestra Hermandad.
Gracias a los hermanos del equipo auxiliar, por vuestro trabajo un año más en el apoyo en la organización denuestra Cofradía.
Gracias a los acólitos que tan solemnemente desarrollaron su cometido cultual pese a las adversas condiciones que se fueron presentando; también sois seña y orgullo de nuestra Hermandad y nuestro barrio.
Gracias a nuestras tres bandas, Amor de Cristo y San Sebastián, Nuestra Señora del Sol y Santa María de las Nieves, por vuestra atención, escucha y comprensión… Ya sabéis que para nosotros no vais acompañándonos sin más si no que formáis parte de nuestra gran familia.
Gracias a todos y cada uno de los vecinos de nuestro barrio, El Cerro del Águila, que se vuelcan sobremanera con su Hermandad y con sus Sagrados Titulares, como en pocos otros lugares se ve ya en los tiempos que corren. No encontramos palabras para describir lo que se vive cada Martes Santo… o lo que, en un Jueves Santo para la historia del barrio, ocurrió a mediodía cuando el Crucificado volvió a su templo y la Madre, que lo es todo para ellos, regresó junto a sus vecinos.
Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de tantas personas que trabajaron en el buen desarrollo de esta atípica jornada del Martes Santo, así como el Jueves Santo para nuestro traslado de regreso: gracias alCabildo Catedral, en especial al Rvdo. D. Luis Rueda, que nos hizo sentir como en nuestra casa; al Consejo General de Hermandades y Cofradías de la ciudad de Sevilla, en especial a nuestro delegado D. Javier Gómez por su apoyo y colaboración ante las difíciles disyuntivas que se nos presentaron; a la Universidad de Sevilla, que con el Excmo. Sr. Rector al frente, D. Miguel Ángel Castro, nos ofreció la sede del Rectorado como momentáneo refugio ante las inclemencias meteorológicas; a la querida Hermandad de Los Estudiantes, que igualmente, cuando el cielo más amenazaba, nos abrió las puertas de su corazón para que Nuestra Señora de los Dolores pudiera allí refugiarse; a la querida Hermandad de Nuestra Señora del Sol, que un año más estuvo ahí, junto a nosotros, ofreciéndonos su sede canónica como providencial refugio en caso de que lo necesitásemos; a nuestraquerida Hermandad hermana de Santa Cruz, que tristemente no pudo realizar su estación de penitencia, y que fraternalmente nos brindó nutridamente su colaboración y su compañía en dichas jornadas, así como a las demás Hermandades del Martes Santo, por su sincero apoyo en esos duros momentos; a la querida Hermandad del Rocío del Cerro del Águila, por su permanente afecto y compañía, también en estas horas difíciles; gracias un año más a nuestra Parroquia, por las facilidades dadas para la organización de la salida denuestra Cofradía; gracias al CECOP, en este año especialmente por las difíciles circunstancias vividas por nuestros hermanos; gracias a los servicios sanitarios, a las Policías Local, Autonómica y Nacional, aProtección Civil, Lipasam y Emasesa…
A todos, nuestro mayor y permanente agradecimiento. Estamos realmente orgullosos de teneros siempre junto a nosotros y rogamos a nuestros Sagrados Titularesque os bendigan y os acompañen cada día de vuestra vida.
Que Ellos os lo premien siempre.

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