miércoles, 25 de febrero de 2015

La imagen entra en la iglesia de Capuchinos de la misma forma y con idéntico atuendo a como lo hizo la primera vez

La Virgen de la Paz, por la plaza de Capuchinos

En cofradías hay fotos antiguas que no necesitan verse para recordarse, como la de la que hoy se llama Nazarena en los años 20 o la de la Virgen de los Dolores vestida con la saya de soledad, el resplandor detrás y rodeada por los frailes servitas. Una de ellas era la de María Santísima de la Paz y Esperanzallegando por primera vez a Capuchinos, con el Cristo de los Faroles de fondo y a hombros de los frailes, con vestimentas muy humildes y dominadas por el color blanco.

La hermandad recordó este martes el histórico momento en que la Virgen llegó desde San Andrés, donde se había bendecido, hace justamente 75 años. Su joven cofradía terminaba de buscar sede y se asentaba en la que siempre sería su casa. A las ocho de la tarde, y ante un público nutrido, la Virgen salió de la nave donde se guardan los pasos, alumbrada por hermanos convelitas blancas. Iba vestida de una forma muy parecida a la de la conocida fotografía, sobre sencillas andas y con diadema. Sólo faltaba un pequeño detalle, y era el Cristo de los Faroles, tapado para unarestauración que será más profunda de lo que parecía en un principio.

La imagen recorrió los pocos metros que separan la nave de la iglesia y accedió a su templo y no pocos pensaron que la historia se repetía, porque también iba a hombros de los frailes. Como si no hubieran pasado 75 años y aquella sencillez no hubiera devenido en riqueza y devoción. En el cancel había una presencia que entonces no estaba, porque ni siquiera se había bendecido en el año 1940. Era el Señor de la Humildad y Paciencia, con túnica blanca lisa. Todavía tendría que esperar algunos años, pero ayer se sumó al cortejo ya en el interior del templo, donde se celebró una misa.

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