Una Asociación cultural cofrade instaló una carpa junto a la calle Feria para que su paso recorriera las calles del centro en todo un domingo de Cuaresma
Una «cofradía pirata» que celebró su salida en la tarde de ayer se ha convertido en el foco de las críticas de todos los cofrades a través de la red social Twitter. Un hecho que, ante el fondo y la forma de «una procesión» que recorrió las calles del pleno centro histórico, sorprendió a propios y extraños calificándolo en algunos casos de«vergonzoso» o de «ofensa a los cofrades y cristianos».
Bajo el nombre de «Asociación cultural cofrade Nuestra Señora del Carmen», el paso con más de treinta costaleros realizó su salida desde una carpa instalada junto a la plaza de Montesión, en plena calle Feria. Desde allí, el llamado «Señor de las Ánimas» recorrió las bulliciosas calles del centro para pasar incluso por lugares emblemáticos como la plaza de la Encarnación o la calle Santa Ángela de la Cruz. La talla que presidía las andas aparece en una posición arrodillada, donde muchos aseguraban «no saber ni que representa». Una cofradía que contó con los sones de la Banda de Cornetas y Tambores de la Vera Cruz de Utrera, «prestándose a estas cosas» como muchos han comentado en la red social o a pie de paso.
Días antes, la asociación anunciaba en twitter sus ensayos de costaleros mientras en el mismo time line de su cuenta iba informando de una supuesta «presentación» de una talla a través de twiter: «Aquí os presentamos un adelanto..Ntro.P.J de las Ánimas,esperemos que sea del agrado de todos. Se presentará en breve».
Twitter enfurecido
Multitud de críticas han inundado Twitter desde el primer momento que se tuvo conocimiento de esta «procesión pirata» con comentarios como «ha sido insultante ver esa cosa por Sevilla» o resignaciones donde«ni la autoridad eclesiástica, ni la civil, pueden poner coto a ésto. Que Dios nos coja ‘confesaos’».
Reconocidos cofrades en sus facetas profesionales y artísticas han vertido sus opiniones, algunas en directo, sobre esta cofradía «pirata» que recorrió el centro de la ciudad en plena Cuaresma.
En su cuenta, el productor audiovisualAntonio Casado (@ACasadoV) aseguraba en un tuit que ha superado los 120 RT que«Debemos de proteger nuestra #SSantaSevilla y no permitir procesiones como esta en plena#Cuaresma2016 por el centro». Por otro lado, el imaginero Fernando Aguado(@fernadojaguado) sentenciaba que «como imaginero me niego a caer en estas trampas. Es vergonzoso se mire por donde se mire. Es un juego sin sentido». El usuario@ElMunidor decía que era «otra obra macabra de capillitas aburridos. Esto será otra cosa, pero no una procesión religiosa». El periodistaAntonio Delgado-Roig (@adelgadoroig) se sorprendían de «que tienen ¡dos cuadrillas! Alta y baja. Toma ya». @JosMirandaSan Para no daba crédito porque «para colmo, han sido hasta recibidos por las Hermanas de la Cruz. Seguro que no les han explicado nada. ¿Dónde vamos a llegar?». A su vez, el periodista Juan Parejo (@juanpress) anunciaba momentos antes de la salida que estaba «aquí el ‘paso’ en su ‘iglesia’. Alguien debería poner un poco de cordura en todo esto». El pintor Ricardo Suárez (@SuarezRicado) comentó que se trataba de «Bandismo, kostal y frikismo. La ensalada perfecta de una Semana Santa sin Dios». El periodista de ABCFernando Carrasco (@Fernan_Carrasco) aseveraba que era «Tremendo. Eso sí que es jugar a los pasitos. Con la que está cayendo».
Un mal «viruento» de procesiones con imágenes sin bendecir que son custodiadas en casas y locales durante todo el año y que son sacadas de sus lugares para vivir su procesión anual. Turistas que hacían fotos y un Ayuntamiento sin potestad alguna para impedir los cortes de calles ante «una manifestación legal». Un hecho que se ha reproducido por barrios de todos los puntos geográficos de Sevilla -algunas con calidad artística- sin la aprobación de la iglesia o del párroco en cuestión. Otras están empezando a integrarse en sus vidas de barrio e iglesia, otras surgen de la nada para invadir el corazón de una ciudad en plenos días de intensidad cuaresmal. Twitter se convirtió en altavoz de algo «que no debe de volver a suceder».
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