Fundada en 1673. La agrupación religiosa más antigua de la ciudad es congregación, un título superior al de cofradía. Tiene su sede en la iglesia de San Nicolás. Su imagen mas representativa es la de Ntra. Sra. de los Dolores. Saca en procesión cuatro pasos. Cuenta con más de 600 congregantes. Organiza la procesión del Viernes de Dolores, anterior al Domingo de Ramos, y habitualmente participa en la del Santo Entierro. Hábito penitencial compuesto de sotana negra, capuchón negro y capa roja.
La Verónica
El paso de San Nicolás está escasamente documentado y puede datar de fines del XIX o principios del XX. Sale dos viernes: con la Dolorosa y en el Santo Entierro.
Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario
Este grupo procesional representa a Jesucristo cargando con la cruz con la ayuda de José de Arimatea y bajo la vigilancia de dos soldados romanos. En el conjunto hay tallas de diferente calidad y época, pero la más destacada es la del Nazareno, una figura vestida que fue móvil en aquellos tiempos en que se solían escenificar con movimiento los pasos. La imagen de Jesús, quizás preparada para cambiar de postura y aparecer en escenas de la Pasión cronológicamente posteriores, tiene clavos en las manos, como si ya hubiera pasado por la cruz.
San Juan
El San Juan de la congregación es artísticamente inferior al de la Orden Tercera, pero está considerado una buena talla entre las que del XIX se conservan en la ciudad. De estilo. romántico, sus propietarios, los miembros de la congregación, no conocen el nombre de su autor. Va con la Dolorosa y en el Santo Entierro.
La Vírgen de los Dolores
Nuestra Señora la Virgen de los Dolores tiene dos versiones. La primera, la encargó la congregación a un tallista romano y en 1674 ya salió en procesión. Era muy pesada, y en 1809 se encargó un rostro y unas manos para componer una Dolorosa de armazón, del mismo porte que la primitiva, para poder intercambiar los ropajes y aderezos entre una y otra. En 1854, esta imagen libró a la ciudad de la peste de cólera. Diez mil personas la siguieron en procesión. En 1872, tuvo manos nuevas y después se le repintó la cara. Recientemente sufrió una nueva restauración que la dejó "excesivamente blanca". En 1917, las monjas de la Enseñanza traspasaron todo el oro de su manto a un nuevo terciopelo y en 1929, el infante Jaime de Borbón le impuso una corona de oro y platino, con 1.065 brillantes, 82 perlas, 7.033 diamantes, un rubí, un topacio y 50 amatistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario