No ha tenido reparo ninguno en pedir disculpas a sus hermanos después de que la cofradía entrara el pasado Martes Santo pasadas las cuatro y media de la madrugada. Y no solo eso.«Si tenemos que dejar los Jardines de Murillo, los dejamos». Las palabras de este hermano mayor son un exponente de cómo en algunas hermandades, y La Candelaria es un ejemplo, tienen claro que hay que reformar los días y asumir sacrificios por mucho que vayan contra la historia, para preservar el patrimonio humano, sobre todo a los nazarenos, que han sido este año los grandes sufridores de la Semana Santa.
El hermano mayor de la Candelaria, José María Cuadro
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