lunes, 13 de abril de 2015

Bourrellier: «El concepto actual de la Semana Santa está caduco»

ENTREVISTA

Carlos Bourrellier, presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías

Con la Madrugada se tenían que haber tomado medidas hace diez años

Con el número de nazarenos que hay, la solución pasa por cambiar hermandades

El presidente del Consejo, Carlos Bourrellier, ante la parroquia de San Isidoro. CONCHITINA

JUAN MIGUEL VEGASevilla

Actualizado: 13/04/2015 09:11 horas

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La última ha sido su tercera Semana Santa como presidente del Consejo de Cofradías, cargo al que llegó de modo accidental tras la dimisión del presidente electo, Adolfo Arenas. Y a la tercera, ha sido la vencida. Carlos Bourrellier Pérez (Sevilla, 1951) afrontará en su último año de mandato un reto tan descomunal como probablemente necesario; someter la nómina de las procesiones a la mayor reforma desde la del cardenal Niño de Guevara de 1604.

¿Esperaba que después de un pregón con música de fondo viniera una Semana Santa con tanto ruido?Cualquiera que sepa de qué va esto sabía lo que iba a pasar este año porque estaba claro.¿Está de acuerdo con quienes dicen que se ha llegado a un punto límite?Totalmente. A la Semana Santa se le han roto las costuras. En el mismo tiempo y el mismo espacio debe entrar ahora el cuádruple de nazarenos y eso es insostenible. Si sale, es de milagro. El concepto actual de la Semana Santa está caduco y hay que intentar por todos los medios renovarlo. Y a las pruebas me remito.Se refiere, obviamente, a los sucesos de la Madrugada.No es solamente la Madrugada. Con la Madrugada se tenían que haber tomado medidas hace diez años, no ahora. Porque lo que ha pasado se veía venir. Hay, además, otros días, como el Martes o el Miércoles, en los que nos hemos ido a una hora de retraso.¿Cuándo y cómo se entera usted de los incidentes sufridos por el Silencio o los Gitanos?Me enteré posteriormente. En ese momento supe lo que me dijo la policía. Desde el palquillo vimos que hubo una movida, gritos y tal, e instamos a la tranquilidad. A los diez minutos, los policías nos informan de que había habido una pelea y quienes estaban alrededor habían salido corriendo, si de forma premeditada o no, lo ignoro. El caso es que al cabo de un rato nos dicen que todo se ha arreglado, así que dimos por solventado el tema de las 'carreritas'. De que algunos nazarenos del Silencio fueron arrollados sólo me entero cuando el hermano mayor me lo dice al día siguiente.¿Se sienten desprotegidas las cofradías ante el ambiente que reina en las calles?Nosotros tenemos que presentar todos los años un plan de autoprotección para la Carrera Oficial donde deben figurar tropecientos mil guardias de seguridad, determinadas medidas para los pasillos... la Carrera Oficial está diseñada en función de ese plan. Lo único que pedimos es que igual que se nos exige esa protección dentro de la Carrera Oficial, fuera de ella las cofradías también estén protegidas. Yo entiendo que en todo el recorrido no es posible, pero sí al menos en puntos como las Setas, la Alameda o la Magdalena, donde todos los años hay problemas.¿Qué habría pasado en la Madrugada entonces si el Cecop no hubiera desmontado la reforma de itinerarios y el Gran Poder hubiera vuelto por Cuna?Si la Macarena hubiera hecho el mismo esfuerzo que ha hecho y hubiera dejado paso al Silencio en Amor de Dios, todo habría ido bastante mejor. No digo que hubiera ido bien, sino mejor. Era la solución menos mala. Con el número de nazarenos que hay ahora, la solución pasa por aplicar otras medidas, cambiar hermandades de sitio por ejemplo.Eso es casi un tabú.Yo entiendo la dificultad de que una hermandad tenga que cambiar de lugar en el día o de hacer su recorrido en menos tiempo, pero si esa es la única solución.... No se puede consentir que el Gran Poder soporte un parón de veintiséis minutos como el de este año ni que pase lo que ha pasado con la Macarena en la calle Cuna. Hay que buscar soluciones y si los hermanos mayores, que han tenido un año para buscarlas, no las encuentran, antes de que vengan impuestas desde fuera, que vendrán, será la Junta Superior del Consejo quien las adopte. No se puede perder otro año mareando la perdiz, como han hecho las cofradías del Martes Santo.¿Las cofradías deben intervenir en ese proceso?Si lo dejamos en manos de las cofradías vamos a volver a lo de este año. Indudablemente, vamos a contar con ellas, pero soy más partidario de que sea la Junta Superior la que busque soluciones y las consensue si es posible con las hermandades. Y si no es posible, pero el arreglo hay que hacerlo, se hará.¿Qué dice el Arzobispado de todo esto?El señor arzobispo, en los temas técnicos, como él dice, no se mete. Todo lo deja en mano de los que él llama 'profesionales'. Apoyará lo que entendamos sea la solución. Por capricho no vamos a cambiar a nadie de sitio, pero no podemos quedarnos cruzados de brazos.¿Ante esa perspectiva, qué estado de opinión detecta en las cofradías?Muchos hermanos mayores me dicen: Yo no puedo hacerlo, porque se me echa mi hermandad encima, hacedlo vosotros.¿Se siente con manos libres para afrontar este proceso?Me siento autorizado para hacer lo que deba hacer, pero la idea no es hacer una Semana Santa a nuestro antojo.¿Van a llamar la atención alguna de esas medidas?Yo no voy a coger una tijera ni me voy a volver loco. Hay días que se arreglan sólo con cambiar de sitio o de itinerario a una cofradía.¿También en la Madrugada puede haber cambios en el orden de las cofradías?Hay distintas posibilidades. Ahora mismo hay una empresa haciendo un estudio, que incluye un conteo de los nazarenos, y en función de eso hablaremos. Queremos saber también los condicionantes que intervienen en que una cofradía que tarda dos horas en llegar a la Carrera Oficial, tarde luego seis en volver a su templo. No es que queramos meternos en cuánto debe tardar, pero no puede ser que una cofradía que tiene previsto entrar a las dos, entre a las cinco. Tenemos que ser muy serios en esas cosas.Hay quienes proponen como solución implantar el numerus clausus de nazarenos.El que diga eso ni es cofrade ni es hermano de ninguna hermandad. Porque quien jura las reglas de una hermandad se compromete a hacer la estación de penitencia. De ninguna manera se puede limitar el número de hermanos que salen en la cofradía. Lo que sí puede llegar es el momento en que el chicle no se estire más y entonces habrá que decir a la hermandad de turno que administre como pueda su tiempo y si tiene que meter los nazarenos de cuatro en cuatro, que los meta. Muchos no parecen darse cuenta de que todo esto obedece a que estamos viviendo las vacas gordas de las cofradías.¿Si le sale bien la reforma se presentará a las elecciones?Me lo plantearé cuando pase la Semana Santa. Ahora haría mal hasta pensándolo. Yo no tengo ninguna apetencia por el cargo, pero no puedo avanzar nada en ningún sentido porque entonces van a empezar a salir candidaturas por todas partes y no nos van a dejar trabajar. Ahora no es momento de criticar, sino de arrimar el hombro. Hay que arreglar la Semana Santa.

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