miércoles, 30 de julio de 2014

Laicistas denuncian una Cruz de 1630

El Cristo crucificado de la Universidad de Granada, una de las joyas del barroco andaluz, ha sido denunciado por grupos laicistas, que exigen su retirada del espacio público. La obra procede del taller de Alonso de Mena y data de 1630.

Parapetados tras un manifiesto denominado “por una Universidad Pública y Laica” (las mayúsculas, por supuesto, no son mias), quienes han denunciado la Cruz consideran que su presencia constituye un ataque a su conciencia:

“Atenta contra la aconfesionalidad del Estado que exige la Constitución, y contra la libertad de conciencia de los ciudadanos”.


Los laicistas contrarios a este símbolo religioso, que es también una de las grandes obras de arte que alberga la universidad granadina, ignoran la legislación del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (sentencia Lautsi y otros contra Italia), que niega la mayor: la presencia de imágenes religiosas no atenta contra los derechos de los ciudadanos.

Los representantes de la caverna laicista que, cual matones de poblado minero en un spaghetti western, pasean su ignorancia por nuestro país, difícilmente engañan: su única pretensión es extirpar las señas de identidad, por supuesto cristianas, del ADN de nuestra nación. He ahí el único motivo de esta aparente estupidez.

Y por cierto que merecerían conseguir lo que desean: envíe la universidad de Granada esta imagen a la catedral y deje huérfana de cultura y arte ese centro que, al parecer, alberga tanto cuaternario.

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