domingo, 27 de julio de 2014

Enfoque. Susto en el Gran Poder

Sucedió en la tarde de un viernes de este verano. Los fieles que se encontraban rezando en la Basílica vieron con estupor como al Señor se le iba bajando la mano derecha que dejaba de coger la cruz. Salvo el susto, no fue nada importante. Se paró el besapiés y se colocó el brazo en su sitio. Todo tiene una explicación: los priostes no suelen apretar demasiado las articulaciones del hombro cuando el Gran Poder está en el camarín.

 

Pero la nueva moda de tocar la cruz después de besar el talón provocó una presión sobre el hombro de la Imagen que fue la que hizo descender el brazo. Fue un susto y nada más, aunque a algunos les removió el horror de la agresión de hace 4 años ocurrida también en verano. También debería servir como una llamada a la responsabilidad de los fieles y los devotos: con estar cerca y besar el talón, basta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario