Un crucificado como el de la Buena Muerte, titular de la emergente cofradía de la Universidad, iba a recibir culto nada menos que en una caseta de la Feria de Abril. La Feria se celebraba entonces en el Prado de San Sebastián, aún quedaban algunos años para su traslado a Los Remedios. Y ciertas entidades tenían casetas con estructura fija, útiles todo el año, como ocurre en Jerez o en muchos pueblos de la provincia. Se eligió la caseta del Real Círculo de Labradores para que fuera presidida por el Cristo de la Buena Muerte, al que correspondía la zona del Porvenir en la división de la ciudad que estableció la Diócesis para organizar los traslados. Esta ubicación le fue asignada por su proximidad a la Universidad, según el delegado del Instituto de Pastoral, el sacerdote José María Piñero Carrión, tío del actual hermano mayor de la cofradía, Antonio Piñero.
Cuanto ocurrió en aquellas fechas está recogido con toda precisión y rigor en el libro que ha realizado Antonio Gutiérrez de la Peña, brillante hermano mayor que fue de la cofradía de Los Estudiantes de 2000 a 2008, que ha dedicado estos últimos años a volcar todo su cariño y pasión por la hermandad en un libro que será presentado la próxima cuaresma.
El pasado domingo se celebró una misa en la Capilla de la Universidad y un acto de convivencia posterior en la sede del club en Los Remedios para rememorar aquella estancia del Cristo en la caseta ferial. Acudieron tanto Antonio Piñero como el presidente del Real Círculo de Labradores, José López de Sagredo Camacho, marqués de Castellón.
Gutiérrez de la Peña recuerda que el traslado de la imagen se efectuó el 28 de enero de 1965. Permaneció en la caseta hasta el día 15 de febrero. El traslado de ida se organizó desde la Iglesia de la Anunciación por el siguiente itinerario: Plaza de la Encarnación, Puente y Pellón, Plaza del Pan, Francos, Placentines, Plaza de la Virgen de los Reyes, San Gregorio, San Fernando, Lonja de la Universidad, salida por la Facultad de Derecho y Prado de San Sebastián. El cortejo fue recibido por el presidente del Círculo, Rafael Esquivias Salcedo, y varios miembros de la junta directiva, que realizaron al Cristo una ofrenda floral.
La hermandad montó un altar especial para la ocasión, caracterizado por un dosel, ocho candeleros, el estandarte de la corporación y los cuatro guiones de las facultades de entonces. Se sabe que había una pequeña imagen de la Virgen en un lateral del altar, pero no hay más datos ni fotografías.
Durante la celebración misional, el Cristo es trasladado el 2 de febrero a la Facultad de Ciencias, llevado a hombros de universitarios e introducido en el recinto por varios catedráticos. Es en esa facultad donde tiene lugar el acto más importante de la Misión en la Universidad, que se desarrolla durante toda la jornada, concluyendo sobre las siete de la tarde. El 15 de febrero se clausuran las Santas Misiones con una Eucaristía en la Puerta de Jerez que preside la Virgen de los Reyes. Por la tarde se inicia el traslado de regreso del Cristo a la iglesia de la Anunciación. Encabeza el cortejo una cruz alzada. Tras ella se sitúan los guiones de las facultades, hermanos con cirios y el estandarte corporativo. La presidencia estaba compuesta por el hermano mayor, Ramos Rubau, José Hernández Díaz y Carlos García Fernández. La comitiva retornó al templo a las nueve y media de la noche después de haber residido durante varios días muy cerca de lo que, justo al año siguiente, en 1966, iba a ser su nueva sede, la capilla universitaria de la antigua Fábrica de Tabacos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario