Este año, se dio una circunstancia especial y es que el capataz, Antonio Santiago, mandó que el paso caminara hacia atrás para que las flores no cayeran sobre el mismo.
Testigos presenciales aseguran que Antonio Santiago explicó que "los que fundaron esta hermandad hace 75 años le hicieron este palio para que entrara la luz a través de él". Hecho que, obviamente, con la petalá, los orificios de un palio calado quedarían tapados por las flores.
Realmente, a la salida de la cofradía tienen lugar dos pétalas; una organizada por la hermandad y otra por el grupo joven. Cuando cayeron los pétalos de la primera, el paso aunduvo hacia atrás. Cuando cayeron las de la segunda, el paso dejó de andar.
Al parecer, se vivieron momentos de gran tensión en la salida entre los responsables de la petalá que se organiza desde la propia hermandad con el capataz y es que es la primera vez - que se conozca - que un paso esquiva las propias flores que le arrojan sus hermanos.
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