viernes, 27 de noviembre de 2015

Soneto a Cristo crucificado Anónimo español - Siglo XVI

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

¡Tú me mueves, Señor!, Muéveme el verte
clavado en esa cruz y escarnecido;
muéveme ver tu cuerpo tan herido;
muévenme tu dolor y tu muerte.

Muéveme tu amor y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar para que te quiera,
pues aunque lo que espero no llegara,
lo mismo que te quiero, te quisiera.

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