miércoles, 25 de marzo de 2015

Consejos para musico de viento metal

Los nazarenos, las mantillas, los costaleros y el trono te hacen entender la emoción que se despierta cuando pasa frente a ti una procesión. El aroma del incienso te llena de recuerdos de otras procesiones anteriores. Los percusionistas hacen que vibre el cuerpo con su retumbar, y son los músicos de viento los que logran que se te encoja el corazón y que durante su melodía se despierte esa profunda sensación que sólo la Semana Santa de Jaén sabe sacar a cada uno de los que tiene el placer de disfrutarla.
Profesionalmente pienso que los metales son los que más problemas arrastran a medio largo plazo después de la procesión, indistintamente de si tocan el clarinete, la flauta travesera, el saxofón, el trombón, la trompeta o la tuba, y por eso las recomendaciones que les doy son más específicas e importantes:

Antes de acompañar el paso:

1. Acude a tu fisioterapeuta: Unas semanas antes es muy importante que acudas a tu fisio, no sólo para descargar los brazos, la espalda y las piernas, sino para que relaje todo el segmento facial, mandibular, lingual y cervical (Sistema Estomatognático).  Otro gran consejo es que vayas con tu instrumento para que el fisio valore en qué posición, postura o movimientos aparece tu carga o dolor.
Tecnopatías del músico:http://es.slideshare.net/malagema/instrumentos-semana-santa

2. Dale caña a tu cuello: Haz un ejercicio muy similar al que le he recomendado a los compañeros que llevan el trono. Es muy sencillo y habría que empezar a hacerlo 1 semana antes de salir de procesión:
Manteniendo la mirada al frente, ve llevando tu mentón hacia atrás como si estuvieras haciéndole “la cobra” a una chica o un chico. Lo importante es que siempre llegues al límite del movimiento y lo fuerces todo lo que puedas. Deberás hacer 4 series de 10 movimientos a lo largo del día… Si te paras a pensar, no te ocupará ni 5 minutos.
En este video se ve claramente cómo hacerlo:

3. Relaja tu embocadura: La musculatura orofacial sufre mucho en el músico de viento-metal y viento-madera. Hay varios ejercicios muy recomendables:
a) Aprieta los labios y muévelos, manteniendo ese gesto, apuntando con tus labios hacia la nariz, hacia el mentón y hacia los lados, repitiendo cada gesto 10 veces e intentando que cada vez vaya más allá.
b) Otro gran ejercicio es meter los labios dentro de la boca (como si imitaras a una persona sin dentadura postiza) y manteniendo ese gesto abre la boca todo lo que puedas tanto vertical como horizontalmente, notando cómo los músculos de alrededor de tus labios se estiran. Repítelo 10 veces, manteniendo la apertura máxima 3 segundos y hazlo 2 veces al día durante la semana anterior a la procesión.

Durante la procesión:

1. Cuida tu postura: Sobretodo asegúrate de que llevas el cuello lo más relajado posible y en una posición neutra, ni muy en posición de cobra (echado hacia atrás) ni muy en posición de paloma (con el cuello muy adelantado). Acuérdate de relajar tus hombros, que muchas veces con los nervios de no querer equivocarte en una nota puedes tensar en exceso tus brazos y cuello, sobre todo si tocas la tuba o el trombón.

2. Mantén tu lengua en reposo: Entre melodía y melodía, aprovechando los momentos de reposo, manteniendo la boca cerrada, asegúrate de que tus dientes no están en contacto, es decir que los labios si están tocándose pero los dientes no. Así sabrás que tu mandíbula está relajada. De igual manera coloca la punta de tu lengua en el paladar, por detrás de los dientes superiores, pero sin tocar los dientes. Si introduces tu dedo, es un zona rugosa que está en el techo de la boca, a 1 centímetro de los dientes y que hace muchas cosquillas si lo tocas. Esa es la posición de relajación de la boca. Si no sueles tener la punta en ese lugar, es recomendable que acudas a un fisio especializado en el tema para que te realice una valoración y tratamiento adecuado.

3. Descárgate: Mueve los dedos y ábrelos todo lo que puedas de forma repetida, para ayudar a que circule mejor la sangre. Sacude las muñecas y los codos para quitarle tensión. Inclina tu cuello a un lado y a otro para quitarle carga a tus hombros. Haz los gestos para descargar la embocadura que hemos visto anteriormente.

Después de la procesión:

1. Estírate: Estira bien los brazos, el cuello y los hombros. Masajea tus manos y antebrazos para ayudar a tu cuerpo a eliminar toda esa tensión acumulada por los movimientos repetitivos. Junta sus labios, sella tu boca y llena los carrillos de la cara de aire todo lo que puedas, de ambos lados y luego de un lado y de otro, manteniendo cada gesto 10 segundos.

2. Estira la lengua: Coloca la lengua en la posición de reposo que hemos visto anteriormente, es decir, con la punta en el paladar, detrás de los dientes, pero sin tocarlos. Manteniendo siempre la lengua en contacto con el paladar, abre la boca todo lo que puedas notando como la zona del frenillo de la lengua se estira. Repite el proceso 10 veces, manteniendo la posición de máxima apertura 3 segundos cada vez que lo haces. Notarás un gran alivio tanto en la lengua como en la mandíbula y el cuello.

3. Acude a tu fisio: Son muchos los músicos que trato con problemas linguales, cervicales y de brazos, y es muy muy importante, no sólo la terapia manual o los ejercicios, sino también la educación sobre cómo cuidar la embocadura, la lengua y los músculos relacionados con el sistema estomatognático.

Cuídate…
y recuerda que la llave de tu salud está en ti.

David Carrascosa Fernández
Fisioterapeuta – Osteópata C.O.
nº colegiado 23-1449
@davidphisios

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