La Piedad del Baratillo ha sido repuesta al culto en la capilla de la calle Adriano. Un regreso esperado por sus hermanos que han vuelto a ver a su titular después de permanecer tres meses de restauración en el taller de Juan Manuel Miñarro
A las 18 horas abrieron las puertas del templo.Había quién esperaba a tomar esas primeras imágenes o cofrades que querían ver el resultado de la intervención. Un hecho que con el paso de las horas ha aumentado, ya que la corporación ha celebrado la eucaristía semanal de la hermandad.
La imagen ha recuperado el aspecto original que tenía cuando la esculpiera Fernández Andesen los años treinta del siglo pasado. Una intervención que Juan Manuel Miñarro explicaba hace unos días a Pasión en Sevilla, consistente principalmente en la limpieza de la policromía tanto en el rostro como en las manos, estas últimas son de Pizarro, muy desgastadas con el paso del tiempo. Todo ello unido al arreglo de las articulaciones. Ya en 2007, Miñarro intervino a la imagen en la estructura de la obra.
Con esta restauración, la hermandad del Baratillo concluye con un proceso de conservación de sus tres principales titulares llevados a cabo en estos últimos años.
La Virgen está situada en el presbiterio de la capilla con el Cristo de la Misericordia, también intervenido en 2012 por Miñarro y que en este periodo ha presidido la sede del Baratillo sin la Virgen de la Piedad. Así estará hasta mañana viernes día 7 de octubre de 11 a 13 y de 18 a 21 horas.
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Manto de salida
La Caridad del Baratillo en su paso de palio con el manto de Borrero / M. J. RODRÍGUEZ RECHI
Otro de los objetivos a corto plazo en el mantenimiento del patrimonio es la restauración que está llevando a cabo el taller de Sucesores de Elena Caro del manto de salida de la Virgen de la Caridad.
Durante la intervención habrá un pasado a un nuevo terciopelo. Además, el informe presentado encontró una gran cantidad de hilos sueltos, desgarros en bordados, en la blonda, la aparición de quemaduras, concentraciones de cera y una suciedad generalizada por el paso del tiempo.
El Miércoles Santo de 2016, la Esperanza de Triana tuvo la gentileza de ceder el manto de Borrero, provocando una de las estampas de la pasada Semana Santa.
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