El 16 de julio es un día marcado en rojo en el calendario particular que tiene Sevilla con la festividad del Carmen, que aunque la ciudad no disponga de mar, le atesora una gran historia entorno a la devoción carmelita.
Una jornada que culmina con la procesión del Carmen de Santa Catalina desde la parroquia de San Román un año más. Como saben, las corporaciones de Santa Catalina residen en este templo desde su cierre.
Realizó la salida tras la celebración de la función principal instituto que presidió el párroco, Manuel Cotrino, sacerdote y canónigo que en septiembre tomará posesión en la parroquia del Sagrario. Todo comenzó cuando la Virgen de Gutiérrez Cano cruzaba el dintel de San Román con el himno de Andalucía y Nacional.
El único palio de un paso de gloria sigue siendo un clásico de este periodo. A pesar de estar inmersos en pleno verano, de las altas temperaturas y de ser un fin de semana, el Carmen de Santa Catalina nunca estuvo sola desde su salida, abarrotada, al igual que en varios puntos de un recorrido que transitó por Santa Catalina, San Pedro, la Encarnación, Santa Ángela de la Cruz y el antiguo convento de la Paz, sede de la hermandad de la Mortaja.
Importante esfuerzo de sus hermanos, costaleros, acólitos y las dos bandas de música, la del Santo Cristo Varón de Dolores y la asociación musical de la Algaba que soportaron altas temperaturas a base de hidratarse y disfrutar con su Virgen del Carmen.
Repertorio clásico, a veces más alegre y otra con más sobriedad. La cuadrilla fue comandada por Emilio Moreno. Punto y final de los cultos de la Virgen del Carmen que darán paso a la llegada del mes de octubre, con la Virgen del Rosario.
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