En el lugar del accidente, el sistema de seguridad utilizado es el Anuncio de Señales y Frenado Automático (ASFA), diseñado en los años 1970, que consiste en proporcionar información puntual al maquinista —órdenes de las señales y limitaciones de velocidad temporales— mediante dos balizas instaladas en la vía, la primera 300 m antes de la señal y la segunda a la altura de la señal.[16] [17] Este sistema da un preaviso de señal, y en algunas circunstancias realiza un frenado automático de emergencia, como en el caso de señal de parada no atendida.[18] [19] [20] Previamente en la vía, aunque sólo para parte de los trenes, hay disponible el sistema europeo de gestión del tráfico ferroviario (ERTMS)/sistema de Control Ferroviario Europeo (ETCS), con transición al ASFA antes de la curva del siniestro. El ERTMS es un sistema más avanzado y completo que el ASFA en la medida en que realiza una supervisión completa —FS full supervision— de la velocidad del tren en todo momento. Dependiendo del nivel de ERTMS que esté instalado en la vía y el tren, avisará al maquinista de las limitaciones de velocidad y le impondrá la obligación de frenar —de no frenar, el sistema frenaría el tren con el freno de servicio y si éste no fuera suficiente lo haría con el freno de urgencia— (ETCS nivel 1) o realizará de manera automática el frenado para cumplir con las órdenes de las señales (ETCS nivel 2).[21] [22] [23] Sin embargo, el convoy siniestrado no utilizó el sistema ERTMS disponible antes de la curva sino únicamente ASFA en todo el recorrido, como es habitual en los Alvia por problemas de compatibilidad con ERTMS.[24]
Antecedentes[editar]
Durante la inauguración del tramo Orense-Santiago de Compostela —tramo correspondiente al lugar del accidente—, técnicos del Ministerio de Fomento catalogaron la curva del accidente como «curva difícil».[25]Víctimas[editar]
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, Miguel Ángel Cadenas, y el presidente de la Junta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, informaron de que el número de víctimas se eleva a setenta y nueve personas —setenta y tres localizadas en el lugar del accidente y seis fallecidas en diferentes hospitales gallegos—, aunque el Delegado del Gobierno en Galicia elevó la cifra a setenta y ocho fallecidos, sin descartar que el número pueda aumentar debido al estado grave de alguno de los heridos.[26] En la medida del paso de las horas, la cifra final se elevó a ochenta fallecidos, pero el 26 de julio la policía científica rebajó el número a setenta y ocho, ya que había restos humanos que inicialmente se pensaba que correspondían a personas distintas siendo de la misma fallecida.[27] Además, ciento cuarenta y cinco personas resultaron heridas.A primera hora de la tarde del 25 de julio la consejera de Sanidad anunció que del total de heridos, noventa y cinco personas seguían ingresadas —treinta y seis en estado crítico—. También, del total de fallecidos hasta ese momento, se identificaron cincuenta de ellos mediante huellas dactilares o por autopsia.[28] [29] A las 22:00 horas de ese mismo día, aún faltaban por identificar trece cadáveres debido al trabajo lento y laborioso del mismo y continuaban ingresados ochenta y cinco heridos, treinta y tres de ellos en estado crítico.[30] [31] Al día siguiente, por la mañana faltaban por identificar seis cadáveres.[27]
Entre los fallecidos se encontraba Enrique Beotas, periodista que contaba con una larga trayectoria en diferentes medios nacionales.[32] [33]
Causas[editar]
A falta del informe oficial sobre la causa o causas del accidente, personal ferroviario incluyendo directivos y maquinistas, y las grabaciones y cajas negras, han señalado las posibilidades de error humano,[34] insuficiente señalización en la vía,[35] insuficiente sistema de seguridad para el cambio de velocidad de 200 o 220 km/h a 80 km/h,[36] falta de escucha a mejoras recomendadas por los maquinistas,[37] distracción por llamada de trabajo recibida en tramo de frenado,[38] y señal avanzada de 4 km en vía libre,[10] como factores que pueden haber contribuido al descarrilamiento por velocidad excesiva al paso del tren por la curva A Grandeira. Factores y declaraciones que a continuación se resumen.
El maquinista, Francisco José Garzón Amo, declaró que circulaba a unos 190 km/h cuando el límite de velocidad establecido desde el comienzo de la curva (punto kilométrico 84,230) era de 80 km/h al finalizar la línea de alta velocidad.[39] [40] Hasta ese punto, la hoja de ruta de Adif para el tren Alvia el día del accidente indica un límite general de velocidad en el tramo Orense-Santiago de Compostela de 220 km/h, válido cuando se emplea sistema de control ERTMS; cuando como en el caso del accidente se emplea sistema ASFA, éste permite un máximo de 200 km/h. Al llegar a la curva de entrada a Santiago en el lugar del accidente, la velocidad debe haberse reducido a 80 km/h.[24]
La posición del cambio de límite de velocidad estaba indicada, de acuerdo con Adif, en la hoja de ruta para el maquinista y, de acuerdo con otros maquinistas, en una única señal (punto kilométrico 84,188)[41] junto a la curva, sin señales o semáforos anteriores de aviso del cambio de velocidad, a pesar de que los convoyes necesitan varios kilómetros previos de frenado progresivo (por ejemplo, si se reduce en unos 4 km de 200 o 220 km/h a 80 km/h, la deceleración dura poco más de un minuto y medio antes de llegar a la curva).[42] [35] Un maquinista afirmó que antes del accidente hubo un informe de jefes de maquinistas de Ourense que recomendaba cambiar la señalización del semáforo de vía libre (luz verde) que hay pocos kilómetros antes de la curva A Grandeira, curva por la que ya había pasado otro tren a 150 km/h a causa de la falta de señalización en el tramo de frenado anterior.[37] Compañeros del maquinista explicaron que para iniciar el frenado, a falta de señalización en la vía, tomaban referencias visuales aproximadas como el penúltimo túnel antes de la curva, etc.[43] También indicaron la posibilidad de confusión de posición entre Ourense y Santiago, al haber 31 túneles y 38 viaductos en sólo 87 kilómetros.[37] [44]
El sistema ASFA empleado inmediatamente antes del comienzo de la curva da al maquinista un aviso automático previo a la señal de limitación de velocidad (300 metros antes, unos 5 segundos a 200 o 220 km/h).[45] [46] Poco después del accidente, el maquinista lamentó que no hubiera una señal visible antes del túnel anterior a la curva,[47] y mencionó que cuando ya era tarde la alarma se activó en el cuadro de mando y él intentó frenar.[48] Una pasajera hospitalizada afirmó que notaron un frenazo brusco en el túnel del que el tren sale a la curva,[49] túnel en cuyo interior está situada la primera de las dos balizas ASFA.[46]
El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela ordenó a la Policía Judicial tomar declaración en calidad de imputado al maquinista un día después del accidente,[50] [51] [28] quien acompañado de un abogado de QBE, aseguradora de Renfe,[52] se acogió a su derecho a no declarar ante la policía.[53] El 28 de julio, cuatro días después del accidente, declaró en Santiago ante el juez Luis Aláez en torno a dos horas, evitando quejarse sobre las condiciones de la vía excepto al mencionar la falta de señalización en el tramo de transición anterior a la curva, asumiendo error humano al frenar tarde por creer estar en otro punto del recorrido, y quedando en libertad con cargos.[54] [55] [56] El mismo día, el presidente de Adif reconoció en entrevista televisada que el siniestro se podría haber evitado sustituyendo la utilización de ASFA por la del sistema de seguridad ERTMS.[36] La situación al producirse el accidente es de que más de veinte rutas de velocidad alta no cuentan aún en el último tramo del recorrido con sistema ERTMS, dejando éste de funcionar al entrar en zona urbana, incluyendo entre otras las llegadas a las estaciones de Madrid-Atocha, Valencia-Joaquín Sorolla, y Santiago de Compostela.[57]
Las dos cajas negras del tren fueron abiertas el 30 de julio, indicando que dos minutos antes de los hechos el maquinista recibió una llamada de trabajo, y activó los frenos segundos antes del accidente, reduciendo la velocidad de 192 km/h hasta 153 km/h antes de salirse de la vía.[38] [9] El maquinista confirmó la llamada del interventor del tren acerca de una vía a seguir cercana a Ferrol, colgando unos segundos antes del descarrilamiento.[58] El Sindicato de Maquinistas indicó que los interventores, de manera excepcional, pueden llamar al maquinista para comunicar información de trabajo.[59]
Las cajas negras también registraron 4 km antes de la curva, poco más de un minuto antes del accidente, una señal acústica ASFA de vía libre (semáforo en verde, punto kilométrico 80,33), que indica circulación normal, sin requerir al maquinista ninguna acción.[10] [60] [18] Otros accidentes ferroviarios en España de años recientes en los que una señal errónea de vía libre ha estado también implicada han sido los de Arévalo (2010), Villada (2006), Chinchilla (2003), y Huarte-Araquil (1997).
Material ferroviario implicado[editar]
Un tren de alta velocidad de la serie 730 fue el utilizado para realizar el servicio comercial del convoy implicado. Corresponde a la unidad híbrida derivada de la serie 130 fabricada por Talgo y Bombardier. La composición implicada constaba de dos cabezas tractoras, dos furgones generadores diésel y nueve coches —ocho coches de viajeros y un coche restaurante—. Los servicios Alvia comenzaron a funcionar en 2006, y circulan a una velocidad máxima de 250 km/h.En el punto del accidente se emplea el sistema de Anuncio de Señales y Frenado Automático (ASFA), instalado en toda la red nacional desde 1972, el cual da la alarma 300 m antes de la señal de limitación de velocidad, y frena el tren si al pasar por la señal éste excede los 200 Km/h, o si la señal es de parada.[46] El sistema de seguridad a emplear en cada tramo es decidido por ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias), entidad pública dependiente del Ministerio de Fomento. La adecuación de los trenes a los sistemas instalados en las líneas ferroviarias la realiza Renfe Operadora.[61]
Afectación al servicio ferroviario[editar]
A causa del descarrilamiento, la vía quedó interceptada y el tráfico ferroviario fue suspendido en el tramo afectado perteneciente a la línea de alta velocidad Olmedo-Zamora-Galicia. Una decena de trenes modificaron su itinerario el 25 de julio de 2013 circulando por otras líneas férreas o se habilitó un transporte alternativo por carretera.[62]Investigación[editar]
La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF), adscrita al Ministerio de Fomento, inició la investigación para esclarecer las causas del accidente.[63]Como primeras medidas resultantes de la investigación en curso, CIAF recomendó asegurar que todas las reducciones de velocidad máxima, a partir de un cierto rango, estén señalizadas en la vía y controladas en sucesivos tramos de velocidad progresivamente menor.[64]
Reacciones posteriores[editar]
Tras conocerse el accidente, el ayuntamiento de Santiago de Compostela suspendió los actos previstos para la noche del mismo día correspondientes a la quema de la fachada de la catedral, en la Plaza del Obradoiro y los fuegos del Apóstol, dentro de la festividad del Apóstol de Santiago de Compostela.[65] La ministra de fomento Ana Pastor en recientes declaraciones, ha explicado la creación de un Comité de Coordinación en el que se encuentran presentes todos los grados de la administración y la habilitación de varios números de teléfono especiales para atender y dar información a los familiares de los pasajeros afectados,[66] ayudando así en la medida de lo posible al rápido auxilio de todos los heridos.[67] Momentos después el presidente de la Junta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, convocó una reunión extraordinaria de carácter urgente con los miembros de su gabinete para tratar la situación; por su parte el líder de la oposición en el Parlamento de Galicia, Pachi Vázquez, reunió a la dirección de su partido para realizar una célula de crisis.[68] [69] El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey, estuvo totalmente pendiente de la situación y al día siguiente se trasladó hasta el lugar del accidente, cancelando su agenda oficial.[70] En la red social Twitter, los servicios de emergencia utilizaron esta vía de comunicación para pedir colaboración ciudadana —evitar el uso de teléfonos móviles para no saturar la red y donación de sangre— e informar a los familiares.[71] Además, los usuarios del servicio expresaron su apoyo a las víctimas con miles de mensajes enviados después de conocerse el suceso.[72] [73] [74]El mundo político, sindical, empresarial y social expresó sus condolencias por el accidente.[75] El rey Juan Carlos I mostró en todo momento su entera colaboración, manteniéndose en contacto personal y permanente con todas las autoridades desde que tuvo conocimiento del suceso.[76] El Papa Francisco destinó unas palabras a toda la nación española pero en especial a la comunidad gallega desde la Jornada Mundial de la Juventud 2013, pidiendo orar con fe en esos terribles momentos.[77] Por otro lado, el gobierno de México a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores transmitió sus más sinceras condolencias al pueblo español por el suceso.[78] El Gobierno de Polonia emitió un comunicado expresando sus condolencias por las víctimas y su solidaridad con los familiares y la nación española en nombre de la nación polaca y de todo su gobierno.[79] [80] El presidente de la República Francesa, Francois Hollande telefoneó a su homólogo español y al rey para transmitirles las condolencias del Estado vecino, además en la ciudad de París las campanas de la catedral de Notre Dame redoblaron en señal de luto.[81] También el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, ha mostrado su entristecimiento por el suceso y ofreció toda la ayuda posible de su gobierno a España.[82] Más tarde, el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, mantuvo una conversación telefónica con el rey para transmitirle sus condolencias personalmente.[83]
El Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (SEMAF) emitió un comunicado expresando sus condolencias por las víctimas y su solidaridad con los familiares además de desear una pronta y completa recuperación a los heridos. Asimismo, expresó su total apoyo al maquinista del tren accidentado.[84] El Comité General de Empresa (CGE) del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) y Renfe Operadora también expresó su pésame y solidaridad con las víctimas y sus familiares.[85] El 25 de julio de 2013 a primera hora el rey Juan Carlos I mandó el siguiente mensaje a la población además de personarse inmediatamente acompañado de la reina en el lugar de la tragedia para conocer de primera mano el suceso y visitar a las víctimas en el Complejo Hospitalario de Santiago:[86]
El terrible accidente ferroviario ocurrido en Santiago de Compostela, en vísperas del Día de Galicia y del Patrón de España, ha teñido de luto nuestro país y suscitado los sentimientos de pesar de toda la Comunidad Internacional. Me dirijo a los damnificados de este desgraciado suceso que, como seres humanos y como españoles, nos conmueve y nos llena de dolor y tristeza, para transmitirles el más profundo cariño y toda la cercanía y la solidaridad de la Familia RealTambién, el Presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada, realizó el mismo día un minuto de silencio delante del Congreso junto con numerosos diputados e hizo la siguiente declaración:
En nombre del Congreso quiero manifestar nuestra consternación por este terrible accidente que ayer sacudió Santiago. Damos nuestro más cariñoso y sentido pésame a las familias de los fallecidos y deseamos a los heridos una pronta y rápida recuperación.El día 26 de julio, los Príncipes de Asturias acudieron al Hospital Clínico de Santiago para iniciar una visita a las víctimas y sus familiares. Además, en las inmediaciones del recinto fueron vitoreados por multitud de personas que se congregaron para ver su llegada.[88] Más tarde ese mismo día se reunieron con los vecinos de la parroquia de Angrois que colaboraron en las labores de rescate para agradecerles expresamente toda la ayuda ofrecida.[89] Días después, el 29 de julio tiene lugar el funeral de estado oficiado en la Catedral de Santiago en honor a las víctimas del accidente, asistiendo el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y las más altas autoridades de la nación. Además, los Príncipes de Asturias acompañados de la Infanta Elena presidieron las exequias siendo recibidos con aplausos a su llegada a la catedral por todos los ciudadanos presentes.[90]Jesús Posada, Presidente del Congreso de los Diputados. El País.[87]
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