Estos inicios de la hermandad de la Resurrección darían para el guion de un thriller. Pero el posterior devenir da para una película con corte de drama porque su historia ha sido la de una hermandad en permanente lucha contra todos los elementos, incluso en lucha contra si misma. Con una historia relativamente corta en el tiempo ha vivido mil vicisitudes. Intentos de cerrar el sábado santo, intentos de ser la primera del día que casi se materializan en 2005 de no ser por un cambio de opinión de dos hermanos mayores implicados, intentos de salir en la mañana del domingo de pascua que la misma hermandad rechazó en cabildo…
Dicen que en la vida todo es estrategia y esa es la que ha desplegado Miguel Ángel Pérez, el actual hermano mayor para, en un hábil proceso nació hace tiempo, dejar a la cofradía a las orillas de lo que puede ser de verdad su resurrección. El próximo domingo día 8 de enero refrendan en un cabildo el cambio de hora de salida. Dejarán la madrugada, la inseguridad que vivían sus nazarenos, la soledad de la noche que pesaba como una losa, dejarán de sortear motos y coches que se metían por las filas, dejarán de ser objeto de las bromas de quienes a esas horas venían pasados de copas; dejarán poco a poco de ser una cofradía distinta a las demás para empastar con el resto de las que componen la Semana Santa. Este será su año. Y un año en el que por fin la cofradía de Santa Marina comenzará a enseñar su verdadera dimensión. Que resucite la Resurrección es algo hermoso que va a suceder este año en Sevilla.
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