jueves, 18 de diciembre de 2014

Roban la corona de la virgen de la piedad de santa olalla valorada en 120000€

Los ladrones también se llevan la corona que fue utilizada en la coronación canónica de la imagen en 1986

EULALIENSE

La corona de 120.000 euros de la Virgen de la Piedad de Santa Olalla

Una amarga pena, un «gran dolor emocional», recorreSanta Olalla(3.015 habitantes censados) desde que este lunes al mediodía se descubrió que a la Virgen de la Piedad, patrona del pueblo, le han robado la corona de oro macizo, valorada en 120.000 euros, con la que desfilaba en todos los actos religiosos. El párroco, Eloy Jiménez Batres, la guardaba celosamente dentro de una caja de seguridad en la iglesia de San Pedro Apóstol, donde se venera la imagen profanada. Esta valiosa pieza fue tallada a mediados del siglo pasado con las piezas de oro y piedras preciosas que donaron vecinos y feligreses de esta virgen, según han contado a ABC algunos elulalienses.

Pero no fue la única corona de la imagen que los ladrones se llevaron. También han sustraído la pieza de plata bañada en oro, comprada igualmente por cuestación popular, que el cardenal Marcelo González Martín puso con ciertos apuros sobre la pequeña cabeza de la imagen, obra del escultor Mariano Benlliure, durante su coronación canónica el 4 de mayo de 1986. Desde entonces, la Virgen de la Piedad de Santa Olalla es una de las diez imágenes coronadas en la provincia de Toledo. [Vea el vídeo de la coronación de la virgen en 1986]

Con una radial

El párroco dejó la iglesia en torno a las diez de la noche del domingo.Eloy Jiménez había estado acondicionando el templo, de tres naves y arcos de medio punto, ante la llegada del Adviento. Cuando el sacerdote volvió ayer al mediodía, se dio de bruces con una cruda realidad: la caja fuerte donde guardaba las joyas de la patrona de Santa Olalla había sido reventada.

A pesar de que los ladrones utilizaron una radial para abrir la caja de seguridad, la Guardia Civil no ha encontrado a ningún vecino que escuchase algún ruido sospechoso en el silencio de la noche. Ni siquiera el alcalde, José María Vallejo Herrera, quien vive a unos 50 metros, justo enfrente de la iglesia, cuyos orígenes datan del siglo XI por ser una de las diez primeras de la diócesis toledana. Llama la atención el sigilo con el que debieron de trabajar los ladrones dentro del templo profanado, que se levanta en el centro del pueblo, al lado del Ayuntamiento.

Los asaltantes, que también se llevaron el dinero de los limosneros y otras joyas, ya habían forzado la enorme puerta principal de entrada y, una vez dentro del templo, caminaron hasta un salón donde estaba la caja fuerte. Una sencilla puerta asegurada con una cerradura de fácil mecanismo fue el penúltimo obstáculo antes de que los asaltantes se encontraran con la caja de caudales frente a frente.

La Guardia Civil estuvo ayer por la tarde trabajando dentro de la iglesia para intentar reunir pistas que conduzcan a la detención de los autores de este robo, el primero que se recuerda en la iglesia de San Pedro Apóstol. Un templo muy reconstruido a lo largo de sus diez siglos de historia, al que la imagen de la Virgen de la Piedad llegó en una carreta de bueyes que se negaron a continuar cuando pasaron por esta localidad. Una historia transmitida de generación en generación que ahora ha sido salpicada con esta sustracción. Los investigadores se afanan en capturar a los ladrones que han dejado sin coronas la cabeza de piedra de la virgen, una cabeza que labró Mariano Benlliure, el último gran maestro del realismo decimonónico, al quedar destruida la original.

Este golpe en una de las dos iglesias de Santa Olalla podría ser el epílogo –si no hay más hasta final de año– a un horrible 2014 en el pueblo. «Ha habido un centenar de robos contra el patrimonio», recordaba el alcalde, quien reclamó más medidas de seguridad al delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Jesús Labrador, hace 15 días. «A mí no me vale que me diga que hay muchos robos en la provincia, a mí me preocupa mi pueblo. Dice que la delincuencia ha bajado, pero no será en Santa Olalla», espetó el edil. Los cinco policías municipales, a los que el Ayuntamiento ha comprado chalecos antibalas, hacen horas extraordinarias y emplean coches camuflados que el consistorio ha contratado para poner coto a los robos.

El alcalde, que agradece el trabajo de «sus» policías locales, rompe una lanza en favor de la labor que los guardias civiles del cuartel de Santa Olalla realizan a diario con los «pocos efectivos» que tienen para dar servicio a cinco pueblos. «El puesto necesita más guardias y esta falta de personal se debe a los recortes del Ministerio del Interior», opina el edil, quien pide un endurecimiento de las penas para los robos.

Es máxima la colaboración de la Guardia Civil y del Ayuntamiento, que envía a diario los turnos de sus agentes al cuartel para que allí conozcan la colaboración policial con la que cuentan. Además, el consistorio envía 600 mensajes a otros tantos vecinos cuando considera conveniente por motivos de seguridad.

Y es tal la preocupación en el pueblo que el alcalde baraja la posibilidad de recuperar la figura del sereno, aunque con otra denominación, para driblar la ley de Seguridad Ciudadana.

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